«Vi que un joven tenía una entidad demoníaca y ahí se reveló el amor divino», dice el padre Dettlaff

El exorcista de Vilnius explica cómo usa la oración de la Divina Misericordia

El padre Marek Dettlaff, franciscano conventual y polaco, es el exorcista de Vilnius, la capital de Lituania. También es profesor de Historia de la Iglesia en el seminario. Ha conocido el mundo de la pobreza en las calles y el del mal en la prisión, donde fue capellán 6 años.

Alaba la sed de fe de los presos que perseveran en una vida religiosa. “Me anima su sed de fe, su decisión, la conversión y la actitud hacia Dios. Los presos que van a la capilla en la cárcel son despreciados por otros presos, incluso perseguidos por ellos. Así que practicar la fe es su elección libre y consciente. Esto es una forma de martirio. Es muy importante que nunca juzguemos a la ligera a los demás”, explica en una entrevista.

Como exorcista comenta que “la vida es demasiado buena para tratar solo con el diablo. Nunca he dudado de que Dios es victorioso y que hay más cosas buenas que malas en el mundo. Hubo un tiempo en el que tuve casos difíciles de posesión, que pueden haber sido deprimentes, pero nunca destruyeron mi capacidad de ver la belleza y la bondad en un mundo hecho a imagen y semejanza de Dios”.

En la película La Divina Misericordia, actualmente en los cines españoles, Dettlaff cuenta un exorcismo que le impresionó, por su rapidez contundente. Lo atribuye al rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia que Santa Faustina Kowalska difundió.

La mayor alegría que he tenido fue la liberación de un joven”, explica el exorcista. El muchacho tenía 17 años. “Vino a la Iglesia. Me pidió ayuda porque se sentía mal. Entonces me puse a rezar por él, y resultó que estaba poseído. Tenía una entidad demoníaca, y nos citamos para otra reunión. Y ahí fue cuando se reveló el Amor Divino, la gran misericordia de Dios, porque después de la segunda oración, el alma fue liberada”.

“Cuando debo celebrar un exorcismo añado al ritual otras oraciones. En este caso recité: ‘Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo’. Repetí sin parar esas palabras de la Coronilla de la Divina Misericordia. Y el diablo huyó”.

Las promesas de Jesús a quien rece la coronilla

Según apuntó Santa Faustina en el diario que escribió entre 1934 y 1938, Jesús realizó estas promesas acerca de la oración de la coronilla.

“Reza incesantemente esta coronilla. Quien que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá gracias de mi misericordia infinita. Otorgaré inmensas gracias a las almas que recen esta coronilla. A las almas que recen esta coronilla mi misericordia las envolverá en la vida y especialmente en la hora de la muerte. A quienes recen esta coronilla, me complace darles lo que me pidan. […] Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como Juez justo, sino como Salvador misericordioso”.

La película La Divina Misericordia, actualmente en los cines españoles, combina testimonios reales de fe, como los del padre Dettlaff (incluyendo historias de sanaciones asombrosas y vidas transformadas) con escenas dramatizadas sobre la vida de Santa Faustina, sus visiones, y las dificultades de su confesor, el padre Spocko, para difundir esta devoción entre incomprensiones y persecuciones.

Lea aquí la reseña detallada de la película que hemos publicado en ReL.

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