Veinte años sin el cardenal Van Thuan: misa en la cárcel con migas de pan… y estudian un milagro

El vietnamita cardenal François-Xavier Van Thuan llegó a millones de personas con sus libros y testimonios en los que explicaba como vivió su paso por las cárceles del comunismo  con fe y paciencia apoyada en Dios. Pasó en prisión 13 años, al caer la ciudad de Saigón bajo el poder comunista.

Allí celebraba misa a escondidas, con unas migas de pan y unas gotas de vino que conseguía como algo “medicinal”. Años después, ya libre, sería importante su papel en la promoción de la Doctrina Social de la Iglesia. Juan Pablo II le hizo acudir a Roma y le nombró presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

Su proceso de beatificación avanza y en 2017 la Iglesia reconoció sus virtudes en grado heroico.

Recordándolo 20 años después

El 16 de septiembre de 2002 se han cumplido 20 años desde su fallecimiento. En Roma han recordado su figura en una serie de actos organizados por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral (heredero del dicasterio que presidió Van Thuan).

En el salón Pío IV del Palacio San Calixto se llevó a cabo ayer un simposio internacional titulado “Van Thuan. Vida, santidad y misión”, con los testimonios de fray Ambrogio Van Sy, miembro de la comisión histórica de la causa, que fue ordenado diácono en Vietnam por el mismo Van Thuan, del vicepostulador, padre Marco Da Silva Luis, y de Bernard Munono, quien acompañó al cardenal en sus viajes por África y trabajó con él en la redacción del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

Acudieron a este encuentro vietnamitas que viven en Estados Unidos, Canadá, España e Italia. Sus cantos y fe animaron la adoración eucarística de esta jornada en la iglesia de Santa Maria della Scala (donde está enterrado Van Thuan) y la misa por el aniversario de su fallecimiento, en la iglesia de Santa Maria di Trastevere.

Mansedumbre más allá de todos los límites

El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Integral, recordó “su testimonio de fe inquebrantable, de mansedumbre más allá de todos los límites, de amor incondicional al prójimo e incluso por sus carceleros”.

Durante los largos años que pasó en una celda sin luz ni ventanas, estaba “en soledad, pero cerca del Señor a quien encontraba en la Eucaristía y en los otros presos, y en ese encuentro recibía la fuerza para superar las pruebas. Y no puedo dejar de pensar -añadió- en tantos cristianos perseguidos y asesinados a causa de su fe en el mundo de hoy”.

Czerny deseó que los jóvenes conozcan a Van Thuan y su ejemplo, “en estos tiempos tan difíciles, marcados por las consecuencias de la pandemia y las guerras, en Ucrania y en muchas otras partes del mundo”.

Se está estudiando un posible milagro

Durante estas jornadas, el postulador de su causa de beatificación, Waldery Hilgeman, explicó que aún se está estudiando un posible milagro que ocurrió por su intercesión.

“Siguen llegando informes de gracias concedidas; recientemente, por ejemplo, sobre la curación de una persona en el mismo Vietnam. Con toda la complejidad lingüística que supone, ya se completó la traducción de las historias clínicas para evaluar el caso”, explicó.

“Lo más importante que se debe tener en cuenta es que hay vida detrás de esta causa. La gente sigue rezándole a Van Thuan y también haciéndonos llegar historias sencillas: dificultades superadas en la familia, experiencias cotidianas difíciles vividas en su compañía… Como postulador puedo decir que no es en absoluto una causa inactiva, porque es el pueblo el que mantiene viva su memoria”, afirmó. 

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