Eucaristías

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Eucaristías

CITAS

La santísima Eucaristía, resquicio del Paraíso que se abre aquí en la tierra, penetra las nubes de nuestra historia. Como rayo de gloria de la Jerusalén celestial, proyecta luz sobre nuestro camino (cf. Ecclesia de Eucharistia, 19).

san Efrén Sirio: Durante la cena Jesús se inmoló a sí mismo; en la cruz fue inmolado por los demás (cf. Himno sobre la crucifixión 3, 1).

San Agustín, Coman, por ende, quienes le comen, y beban los que le beben; tengan hambre y sed; coman la vida, beban la vida. Comer esto es rehacerse; pero en tal modo te rehaces, que no se deshace aquello con que te rehaces. Y beber aquello, ¿qué cosa es sino vivir? Cómete la vida, bébete la vida; tú tendrás vida sin mengua de la Vida (Obras de San Agustín, Tomo X, BAC, 2ª Ed., Madrid, 1965, Pág. 594-598)

San Agustín «Es vuestro misterio el que se celebra en el altar del Señor, dado que vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros; vosotros recibís vuestro propio misterio y respondéis: ¡Amén! a cuanto sois y, al responder, lo aceptáis. Se os dice: ¡Cuerpo de Cristo! , vosotros respondéis: ¡Amén! Sé un miembro del cuerpo de Cristo a fin de que tu Amén pueda ser verdadero (Ser. 272; PL 38, 12-46).

San Juan María Vianney solía decir a sus parroquianos: «Venid a la Comunión… Es verdad que no sois dignos, pero la necesitáis» (Bernad Nodet, Le curé d’Ars. Sa pensée – Son coeur, ed. Xavier Mappus, París 1995, p. 119).

San Alberto HurtadoEl hombre quiere la felicidad y la felicidad es la posesión de Dios. En la Eucaristía , Dios se nos da, sin reserva, sin medida; y al desaparecer los accidentes eucarísticos nos deja en el alma a la Trinidad Santa , premio prometido sólo a los que coman su Cuerpo y beban su Sangre (cf. Jn 6,48ss).

Hacer de la Misa el centro de mi vida. Prepararme a ella con mi vida interior, mis sacrificios, que serán hostia de ofrecimiento; continuarla durante el día dejándome partir y dándome… en unión con Cristo.

¡Mi Misa es mi vida, y mi vida es una Misa prolongada!(San Alberto Hurtado S.I., La Búsqueda de Dios , Ed. Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2005, Pág. 213-216)

Cardenal F. X. Nguyen Van ThuanOfrezco la misa junto con el Señor: cuando reparto la comunión me doy a mí mismo junto al Señor para hacerme alimento para todos. Esto quiere decir que estoy siempre al servicio de los demás.

Todos los días, al recitar y escuchar las palabras de la consagración, confirmo con todo mi corazón y con toda mi alma un nuevo pacto, un pacto eterno entre Jesús y yo, mediante su sangre mezclada con la mía (cf. 1 Cor. 11, 23-25).

Jesús empezó una revolución en la cruz. Vuestra revolución debe empezar en la mesa eucarística, y de allí debe seguir adelante. Así podréis renovar la humanidad.

(Card. F. X. Nguyen Van Thuan, Cinco panes y dos peces , Ed. Ciudad Nueva, 2ª Ed. Buenos Aires, 2001, Pág. 40-45)

Rainiero CantalamessaQuién, en la comunión, pretende ser todo fervor por Cristo, después de que en casa acaba de ofender o herir a un prójimo sin pedirle disculpas, o sin estar decidido a pedírselas, se parece a alguien que se pone en puntas de pie para besar en la frente a un amigo y no se da cuenta de que le está pisando los pies con sus zapatos reforzados: «Tú adoras a Cristo en la Cabeza -escribe san Agustín– y lo insultas en los miembros de su cuerpo Él ama su cuerpo; si tu te has separado de su cuerpo, él, la cabeza, no. Desde lo alto, te grita: Tú me honras inútilmente” (La Palabra y la Vida-Ciclo B , Ed. Claretiana, Bs. As., 1994,  pp. 139-144)

PENSAMENTO

Un deseable epitafio para la tumba: “Aquí yace un hombre que quiso vivir muriendo, morir amando y amar sirviendo”.

CONTOS

PAN Y AGUA

Érase un muchacho que siempre llegaba tarde a casa cuando salía de la escuela. Los consejos y reprimendas no surtían ningún efecto. Finalmente, un día, su padre le llamó al orden y le dijo: “la próxima vez que llegues tarde, cenarás pan y agua. ¿Está claro?” El hijo lo entendió perfectamente.

Pocos días después el muchacho llegó a casa más tarde que nunca. Sus padres no le dijeron nada. Cuando se sentaron a cenar vio que los platos de sus padres estaban llenos y en el suyo había sólo un trocito de pan y un vaso de agua. Miró al pan y luego al agua. El padre esperó un rato para que el hijo interiorizara el castigo. Luego tomó el plato del hijo y se lo puso delante de él. Cogió su plato y lo puso enfrente de su hijo y se pusieron a cenar.

Años más tarde, ese mismo muchacho al recordar aquel episodio de su vida comentaba: “Toda mi vida he sabido cómo es Dios por lo que hizo mi padre aquella noche”.

Hermosa lección en la que el padre se impone el castigo que su hijo merece. Una lección sin palabras. Una lección sobre Dios que el hijo nunca olvidó.

EL SUPERMERCADO Y LA MISA

Isabelita, que tiene 7 años, fue el día de Corpus Christi con sus padres a Misa. Al salir de la Eucaristía, la familia completa se dirigió al Supermercado. Al terminar de hacer la compra, montados ya en el carro, la pequeña le dijo a sus papás:

– ¿Se habían fijado que el Supermercado es como una Misa?

– ¿Cómo así, mi´ja? -dijo la mamá.

– Sí, en la Misa hay un Coro que canta con alegría, y en el Supermercado siempre hay una música alegre de fondo. A Misa vamos juntos en familia y al Supermercado también. A Misa vamos una vez a la semana, y al Supermercado también. En Misa hay sacerdotes, diáconos, lectores, monitores o Ministros de la Comunión que están a nuestro servicio y nos ayudan a vivir el Sacramento, y en el Supermercado hay personas también a nuestro servicio: unas nos ayudan cuando no encontramos un producto, otras nos cobran lo que nos llevamos y otras meten la compra en fundas. También la Misa se parece a un Supermercado porque la gente sale muy satisfecha cuando sale. Algunos salen de Misa muy contentos porque han estado en oración, y otros porque el sacerdote habló demasiado y ya no aguantaban más. Del Supermercado algunos salen contentos porque han encontrado todo lo que buscaban y a buen precio, y otros salen contentos porque después de hacer una enorme fila ya se han liberado. Por todo eso digo que la Misa y el Supermercado se parecen.

Los papás quedaron sorprendidos de la reflexión que les había hecho Isabelita. Y el papá tomó la palabra y le dijo a la niña:

– Llevas razón, mi amor, pero hay una diferencia fundamental entre el Supermercado y la Misa: En el Supermercado llenamos los carritos y en la Misa nos llenamos de Dios.

El cuento de cada domingo

CANTO

Tomad, Comed – Libertad | Hakuna Group Music

Alzaré la Copa de la Salvación (Salmo 115) | Athenas & Tobías

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela