Reig Pla: «Se necesitaría ser inconsciente para no ver cuán fuerte es el mal»…pero hay «esperanza»

El pasado domingo 14 de noviembre, el obispo de Alcalá de Henares, mons. Juan Antonio Reig Pla presidió la santa misa celebrada por el 85º aniversario de los mártires de Paracuellos.

El obispo comenzó su homilía destacando el “testimonio de fe en Cristo” de los mártires, “de amor a España y de perdón a sus verdugos” como parte de una “obra de amor y testimonio de la fortaleza que el Espíritu Santo regala a los hijos de Dios”.

Contrariamente al ejemplo de los mártires, denunció que “la España oficial está ejerciendo una férrea censura sobre Dios”, que se extiende a “las instituciones públicas y en la mayoría de medios de comunicación”.

Las “fuerzas del mal” en España: aborto, eutanasia, ingeniería social… 

Tras enumerar algunos de los problemas que perjudican desde hace décadas a España –el aborto, la identidad del matrimonio o el invierno demográfico, entre otros–, se refirió “de manera especial al momento que nos ha tocado vivir”: la eutanasia, el “pensamiento único” difundido en los planes educativos o una “agenda de ingeniería social” promovida por “los más altos organismos internacionales”.

En todos estos acontecimientos, explicó, “están tan presentes las fuerzas del mal”, que “se necesitaría ser inconsciente para no ver cuán fuerte es el mal en la historia humana”.

Sin embargo, recordó el sentido y la esperanza con la que los 143 mártires derramaron su sangre durante la persecución religiosa en España y alertó sobre el peligro de “pensar que todo se encamina hacia un final perverso”.  

“El evangelio nos asegura que al final de la historia, la palabra `fin´ será puesta por la venida de Jesús resucitado, quien vendrá `con gran poder y gloria´”, afirmó. “Él acabará con el poder del mal y con su venida el Reino de Dios será instaurado plenamente”.

Destacó, además, que “el Hijo del hombre revela su soberanía reuniendo entre sí a los elegidos” como son los mártires beatificados en Paracuellos, que “vivirán su gloria para siempre”.

La esperanza para los cristianos

Refiriéndose a las lecturas propias del día, las relacionó con los mártires al recordar “el retorno de Cristo” en forma del juicio definitivo.

Este juicio, mencionó, “asigna vida eterna a los justos e ignominia perpetua a los injustos”, mencionó. “Es el juicio definitivo sobre nuestra vida”, pero también “sobre toda la historia en su conjunto”.

“A poco que revisemos nuestras vidas y nuestra historia podemos caer en la cuenta. ¿Cuántas injusticias se han cometido no solo de persona a persona sino de pueblos contra otros pueblos? ¿Cuántas víctimas no han sido resarcidas del mal? ¿Cuántos pobres y débiles han sido oprimidos y humillados en su dignidad, muriendo sin que nadie reparase su humillación?”.

La respuesta a estas preguntas, continuó, se encuentra en la esperanza que proporciona “la certeza de la fe respecto al juicio final. No hay nada que borre completamente cuanto ha sido hecho, y todo quedará al descubierto”.

Refiriéndose nuevamente a los mártires, destacó el valor de su testimonio en “descubrir la trascendencia y seriedad de nuestra vida y de nuestros actos”.

“Contemplando el desenlace de su vida, nosotros debemos acoger hoy las palabras del profeta Daniel y del Evangelio de San Marcos como un manantial de esperanza en estos momentos difíciles para la vida de fe en España”. concluyó. “Nosotros, los cristianos, tenemos la esperanza cierta de que la última palabra en la historia y sobre la historia no la dirá la injusticia”.

Puedes leer íntegramente la homilía de Juan Antonio Reig Pla en este enlace

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