CONTO
ATENTOS AL ENEMIGO
Iba un día el demonio recorriendo el desierto cuando se encontró con un grupo de diablillos que estaban tentando a un santo ermitaño.
Intentaban seducirlo con las tentaciones de la carne, pero no conseguían nada.
Le quisieron llenar la cabeza de dudas y de miedos, pero no conseguían nada.
Le rodearon de todo tipo de lujos y comodidades diciéndole que su austeridad era una pérdida de tiempo, pero no conseguían nada.
El demonio dijo a aquellos diablillos aficionados, dejádmelo a mí y observad.
Se acercó al santo ermitaño y le dijo al oído: ¿sabes la última noticia? Tu hermano ha sido nombrado Obispo de…
Cuando lo oyó una gran envidia se reflejó en el rostro del santo ermitaño.
CITA
San Francisco de Asís. «Tenemos una ermita siempre con nosotros; allí donde vayamos y cada vez que lo queramos podemos encerrarnos en ella como ermitaños. ¡El eremitorio es nuestro cuerpo y el alma es la ermita que habita dentro!»
San Anselmo “Ea, hombrecillo, deja un momento tus ocupaciones habituales; entra un instante en ti mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos. Arroja fuera de ti las preocupaciones agobiantes; aparta de ti tus inquietudes trabajosas. Dedícate algún rato a Dios y descansa siquiera un momento en su presencia. Entra en el aposento de tu alma; excluye todo, excepto Dios y lo que pueda ayudarte para buscarle; y así, cerradas todas las puertas, ve en pos de él. Di, pues, alma mía, di a Dios: ‘Busco tu rostro; Señor, anhelo ver tu rostro.’
Y ahora. Señor, mi Dios, enseña a mi corazón dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte.(Proslogion, 1.)
San Ambrosio “En el retiro es donde precisamente ha de contar uno con ser tentado y expuesto a muchas pruebas”.
San Agustín “Pues nuestra vida en medio de esta peregrinación no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación, y nadie se conoce a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigo y de tentaciones” (…)
«Cristo tomó de ti Su carne, pero te da de Sí tu Salvación; tomó de ti la muerte, pero te da de Sí tu Vida; tomó de ti la humillación, pero te da de Sí tu gloria; tomó de ti Su tentación y te da de Sí tu victoria» (AGUSTÍN, Comm. in Ps., 60).
Delegación del Clero Compostela