¿Por qué los médicos agradecen las oraciones? Cuatro relatan cómo les ayuda ante tanto sufrimiento

Son miles de médicos y personal sanitarios los que están dando la cara en la primera línea de batalla contra el coronavirus, haciendo esfuerzos sobrehumanos, sacrificios familiares muy grandes y además muchos de ellos se han contagiado.


Entre estos sanitarios hay también muchos católicos, que están viviendo estos acontecimientos que rodean la pandemia desde la fe,
y a través de ella también ayudar a los enfermos con los que tratan, no
sólo para curarles el cuerpo sino también ayudarles en su esfera
espiritual.


La Diócesis de Cartagena
recoge el testimonio de cuatro médicos católicos murcianos que están en
esta primera línea y que ofrecen sus testimonios. Se trata de Lisa
Ortín, médico intensivista de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del
Hospital Universitario Reina Sofía de Murcia; Inés García, médico en el
servicio de Urgencias del mismo hospital; Paula Lázaro, médico del
servicio de atención primaria de Abarán y refuerzo del servicio de
Urgencias del Reina Sofía; y Jerónimo Tornel, médico del servicio de
Gerencia de Urgencias y Emergencias 061 de Murcia.


“En cada uno de los pacientes puedo ver a Jesús”


Son cuatro de estos profesionales sanitarios que, cada día, combaten
la expansión del virus Covid-19 y que encuentran en la fe un apoyo
fundamental para poder llevar a cabo su profesión. “En cada uno de los pacientes puedo ver a Jesús y eso no tiene precio.
Solo de esta manera, este durísimo trabajo, en estas circunstancias, es
más llevadero. Esta es la ventaja de ser médico cristiano”, afirma
Tornel.



medicos-coronavirus3Como consecuencia de la actual situación de emergencia sanitaria,
quienes atienden a los enfermos encuentran nuevas trabas y dificultades
en su profesión. “Es muy duro tener que decirle a la gente, sobre
todo a los familiares de enfermos de coronavirus, que por órdenes de
Salud Pública no pueden venir a ver a sus seres queridos
–que están solos–, para evitar los contagios”, explica Lisa Ortín.


Sin embargo, pese a las dificultades a las que se enfrentan día a
día, los cuatro médicos coinciden en la importancia de transmitir
esperanza a toda la población, especialmente a los afectados por la
enfermedad, sirviéndose de la fe en Dios como un apoyo fundamental. “Cuando
llego al hospital, reflexiono para ver de qué forma puedo yo, como
médica cristiana, infundir esperanza en medio de esta situación,
que
tanto sufrimiento y daño está causando al mundo entero. Creo que
nosotros, especialmente los sanitarios, no debemos caer en el
desconsuelo. Debemos confiar, tener fe y abandonarnos en las manos del
Señor porque él tiene la respuesta y el consuelo en estos momentos
difíciles”, subraya Inés García.


Separados de sus familias


Fuera del trabajo tampoco es fácil para los sanitarios, que sienten
también el miedo a contagiarse y contagiar a sus familias. “Como tengo
una posibilidad de infectarme muy alta, decidí vivir apartado del
resto de mi familia –cuenta Jerónimo Tornel– duermo y como también
separado de ellas, y no puedo darle un beso a mis hijas cuando se van a
dormir.
Es complicado, pero sé que esto acabará, volveremos a nuestra vida normal y todo esfuerzo habrá valido la pena”.


Según sus testimonios, ellos lo tienen claro: la certeza de que Dios
los acompaña es un aliciente que los conforta y los impulsa a continuar.
“Conforme ha pasado el tiempo y me he parado a reflexionar sobre estos
duros momentos que estamos viviendo todos, he descubierto que no estamos solos, he notado la mano de Dios sosteniéndonos y reconfortándonos
–explica Paula Lázaro– por eso, no hay duda posible, juntos podremos,
saldremos adelante. Además, siempre he pensado que hasta de las peores
situaciones se pueden obtener cosas buenas y estoy segura de que esta
pandemia servirá para reforzar nuestros lazos de comunidad cristiana,
alejará de nosotros el egoísmo y reforzará nuestro servicio al prójimo”.


La importancia de rezar por los sanitarios


Por otra parte, los cuatro médicos agradecen el reconocimiento de la
gente y las oraciones de los fieles y sacerdotes, a quienes instan a
seguir pidiendo por aquellos que están sufriendo y animan a no caer en
la desesperanza. “Yo, personalmente, agradezco que estéis rezando por quienes estamos en primera línea combatiendo la enfermedad
–afirma Lisa Ortín–, sé que son momentos difíciles, pero ¡ánimo, esto
va a pasar! Mientras tanto, seamos responsables y sigamos rezando los
unos por los otros”.


Finalmente, invitan a sus compañeros sanitarios a mantener el ánimo hasta que todo pase. “Seamos luz en medio de esta oscuridad.
Luz en el acompañamiento a los afectados y familiares, luz para los que
han caído en la desesperanza y luz en cada uno de nuestros actos
clínicos. Seamos luz, compañeros, luz de vida”, concluye Inés García.

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