Paco Vázquez, exalcalde socialista: «Ni Ritz ni Palace pagan IBI, ¿y quieren que la Iglesia, sí?»

Francisco Vázquez fue
durante casi 13 años alcalde de La Coruña y fue el máximo exponente del
sector católico del Partido Socialista. Tras dejar la alcaldía fue el
embajador de España ante la Santa Sede y la deriva laicista de su
partido le hizo finalmente distanciarse de él.

Recientemente, ha pronunciado una conferencia sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV), en el marco de las actividades del Máster Universitario en Marketing Político y Comunicación Institucional.

Y en una entrevista previa realizada por la universidad, Vázquez ha
asegurado en referencia a medidas como la del ayuntamiento de Valencia
de demandar el pago del IBI a entidades religiosas y prohibir a los
altos cargos públicos acudir como tales a ceremonias religiosas que
posturas como esa son “demagogia, una falacia, medidas que
reflejan el carácter antirreligioso y la condición atentatoria contra el
principio de libertad religiosa de ciertos partidos políticos”.

Detrás de tomas de postura como las mencionadas Vázquez ve ideologías “de carácter totalitario” que intentan “imponer su idea prohibiendo el principio de libertad religiosa,
haciendo que la religión quede reducida al ámbito de lo privado,
negándole cualquier espacio público a la confesión y profesión de la fe
católica. Esto es retroceder al siglo XIX con ideas anticlericales
superadas por la historia que ya no se dan en ningún país de nuestro
entorno”.

“Estamos ante una amenaza totalitaria que, a través del
uso de los medios de comunicación, machaca una y otra vez con
falsedades que deben ponerse en evidencia o terminan imponiéndose, como
creer que la Iglesia goza de privilegios en España cuando es
precisamente lo contrario”, ha aseverado.

La Iglesia Católica no goza de “ningún privilegio”

En opinión del político gallego, la Iglesia no goza de “ningún
privilegio” con respecto al IBI. Se trata de “una más de las cientos de
instituciones que no pagan este impuesto por ser entidades de utilidad
pública sin carácter lucrativo”, como se hace en toda Europa con las
entidades que realizan una labor social o solidaria. “En España no pagan el IBI, por ejemplo, edificios singulares como los hoteles Ritz o Palace, en Madrid;
o los edificios propiedad de fundaciones, las federaciones deportivas,
los partidos políticos, las agrupaciones sindicales o las ONG’s. La
Iglesia, como no podía ser menos, paga en aquellas propiedades regidas
por la Ley de Sociedades Anónimas. Eso sucede, por ejemplo cuando en un
terreno propiedad de la Iglesia hay un aparcamiento o un parque”, ha
aducido.

Como jurista, Vázquez subraya como “lo más importante de esta cuestión que ya hay sentencias del Tribunal Supremo y del Constitucional que determinan que la Iglesia no debe pagar el IBI porque está exenta de ello en base a la Ley de Mecenazgo y la Ley del IBI”.

Además, “es un brindis al sol, porque ni ayuntamientos ni
autonomías tienen competencia para modificar una ley cuya potestad
corresponde a las Cortes Generales
; lo que muestra la malicia de la propuesta”.

El ayuntamiento “debe hacer suyos”  los actos de carácter tradicional

Por otro lado, el exalcalde de La Coruña ha manifestado que prohibir a
los altos cargos públicos acudir como tales a ceremonias religiosas es
“el reflejo de una actitud totalitaria”, que no se da en ningún país
cercano: “Basta preguntar en Francia, en Portugal o en Gran Bretaña. La
duda de asistir o no como cargo público a un acto religioso no existe.
Se va. Recientemente, el presidente de la República francesa, socialista
y agnóstico, tomó posesión en Roma de su condición de canónigo de honor
de la Basílica Mayor de San Juan de Letrán
, una tradición que
el jefe de estado galo mantiene, conservando el recuerdo de los antiguos
reyes de Francia. Y nadie pone en duda allí que Francia sea un estado
laico”.

Para Vázquez debe existir, en primer lugar, “un principio de respeto en las relaciones institucionales”;
y en segundo, la conciencia de que los cargos públicos representan “a
todos, creyentes y no creyentes”. Así, el Ayuntamiento “debe hacer suyos
los actos de carácter histórico y tradicional, con una vigencia social.
Cuando se ponen normas como esta, no se evita que los cargos públicos
formen parte de las cofradías y asistan a las procesiones que quieran
por un interés electoral”.

Para el ex embajador ante la Santa Sede, con esas medidas “se impone y
se prohíbe”, lo que “no había sucedido en la democracia española hasta
ahora, en la que regía el principio de tolerancia”. Según Vázquez, “se
intenta imponer el laicismo desde las instituciones, haciendo de este
una religión de Estado, lo que atenta contra el espíritu de consenso y
tolerancia nacido de la Transición”.

No existe “ningún concordato”

Junto a la imposición de las citadas “ideologías totalitarias”, el político gallego ve una búsqueda de “romper el espíritu de la Transición, de diálogo, convivencia y generosidad”.
En el caso del PSOE, para Vázquez apoyar esas tomas de postura es ir
“contra las decisiones que tomó el propio PSOE, uno de los grandes
protagonista de la Transición y de la elaboración Constitución, que se
hizo con la voluntad de superar los conflictos del pasado: el
territorial, el militar y el del papel de la Iglesia Católica, que se
superó con la aconfesionalidad del Estado, la separación de la Iglesia y
del Estado, y a partir de ahí todo ha funcionado perfectamente”.

Con respecto a la exigencia de algunos partidos nacionales sobre el
famoso Concordato entre el Estado español y la Iglesia, el ex
diplomático recuerda que no existe tal Concordato: “El de 1953
está derogado desde hace muchos años. Lo que está en vigencia son unos
acuerdos aprobados prácticamente por unanimidad, incluso por el PCE

de entonces tras la aprobación de la Constitución, en 1979. Son falsas
las afirmaciones que muchos hacen acerca de esta cuestión, a veces,
desde la ignorancia más supina”.

“Estos acuerdos regulan las relaciones institucionales, jurídicas, económicas de una institución tan importante como la Iglesia,
que representa la fe católica, los valores cristianos, que son la
esencia de nuestra condición nacional. España está construida en torno a
una lengua, una cultura y la fe cristiana, que es la que ha impregnado
nuestra historia y singularizado en el conjunto de naciones a nivel
mundial. Negarlo es negar nuestras propias raíces, desconocer nuestro
pasado y abrir las puertas a un futuro incierto”, ha remarcado.

Asimismo, ha conminado a los políticos de hoy a “defender el principio de libertad religiosa,
que está universalmente aceptado, el respeto más absoluto al hecho
religioso tanto desde un punto de vista público como privado y, después,
aceptar la libre voluntad de las personas a la hora de decidir la
educación de sus hijos, a la hora desde su propia conciencia objetar en
cuestiones como el derecho a la vida, algo que es propio de una sociedad
moderna, democrática y avanzada”.

ReligiónenLibertad