Nek se implica a fondo en la evangelización: «Dios no es algo distante, tiene que ver con tu vida»

Ante todo el nombre: Filippo Neviani. Porque el nombre nos dice quiénes somos, Nek
te dice quién eres en el escenario. Y en esta decisión de aparecer en
escena con los requisitos fundamentales de su carné de identidad está el
corazón del camino espiritual y humano recorrido por el cantante de
Sassuolo con ojos de hielo. Desde ese lejano 1993 cuando, presentando el
tema In Te ante la platea del teatro Ariston, escandalizó a
los conformistas con un tema difícil de llevar a Sanremo, el aborto. “Me
han machacado por esa canción, pero no me arrepiento de nada”, diría
después.

“El hijo que no quieres ya está con nosotros”, dice la letra de In te, en la que el cantante figura hablar a la madre de su hijo, que quiere abortarlo.

Pero ese mismo año, que para Italia marcaba el inicio de la Segunda
República, para Nek sería el año que marcaría un antes y un después:
mientras él cantaba In Te, una mujer llamada Chiara Amirante
bajaba a los subterráneos de la estación de Roma para llevar un anuncio
a los drogadictos y  delincuentes que vivían allí como topos rabiosos:
“Vuestra vida es valiosa para Alguien”, dándoles así la posibilidad de
salir y empezar a vivir de nuevo.

Ese día de ese año nació la experiencia de Nuovi Orizzonti,
que hoy en día representa una de las realidades de apostolado y de
nueva evangelización más fructíferas del panorama eclesial italiano, y
no solo. Nek no tenía ni idea de lo qué era, pero ahora, que tiene 45
años, él es algo más que un testigo de Nuovi Orizzonti. Porque en el
fondo es un testigo de cómo, incluso haciendo un “trabajo especial”,
como dice él, Filippo Neviani puede contar la fe sin avergonzarse; es
más, haciendo que resplandezca allí donde no es conveniente hablar de ella.

Andrea Zambrano lo ha entrevistado para La Nuova Bussola Quotidiana al
comienzo de su jornada particular en su diócesis (Sassuolo, aunque está
en provincia de Modena, pertenece a la diócesis de Reggio Emilia): por
la mañana, encuentro con los estudiantes de instituto de Correggio,
huésped del círculo cultural Piergiorgio Frassati, para descubrir que
tienen muchas cosas en común con el beato turinés; por la noche, en la
catedral de Reggio Emilia, huésped del obispo Massimo Camisasca, con el que dialoga ante una platea repleta de jóvenes y adolescentes.

-Filippo, tu conciudadano
Vittorio Messori dice que no se habla de Jesús entre personas
respetables. ¿Cómo se consigue hacerlo en el mundo de la música?

-Termino la frase de Messori diciendo que Jesús ha venido para quien tiene necesidad de ser sanado, no para quien ya está bien.

-¿Habla de Jesús a sus compañeros de trabajo?

-Sí. Pero es un tema que se afronta de mala gana.

-¿Y cómo se lo toman?

-Algunos sonríen, otros me dicen que es un cuento bonito. Otros, en
cambio, están buscando y esto me gusta porque no abandonan el hecho de
que todo tiene Alguien que lo dirige. Lo siento, en cambio, por los
indiferentes: ellos son los más peligrosos porque se han creado su
verdad, de la que no se separan. Por otra parte, los ignorantes son los
que no cambian nunca de opinión.

-¿Qué se necesita para cambiar de opinión?

-Reconocer que Dios tiene que ver con tu vida. Mientras le sigas
considerando algo distante, tendrás siempre una idea preconcebida sobre
Él y lo mantendrás a distancia como si fuera una divinidad lejana,
juzgando sin conocer.

Laura no está es el tema más conocido de Nek en español.

-¿También le sucedió esto a Nek?

-Reconocí en Él a un Padre y entonces mi enfoque cambió totalmente.

-Pero en un escenario usted está ante un público de jóvenes, y muy jóvenes, que están muy alejados del sentido religioso. 

-Hago un trabajo que es considerado de cierta manera, y a veces quien
hace mi mismo trabajo es dios de sí mismo y no cree que pueda haber
alguien que dirija la vida; cree que cada uno es propietario de la suya,
por lo que no debe haber interferencias. En cambio, ante la vida somos
todos iguales.

-¿Cuándo entendió que no somos los amos de la vida?

-He tenido que hacer un camino, he enriquecido mi curiosidad, que me
empujaba a verificar; y en este camino la fe, por fuerza, tiene mucho
que ver. Si este paso no se da, es que se está hablando de nimiedades.

-Pero, ¿ha sido el mundo del espectáculo el que le empujó a buscar? 

-Sí, la curiosidad fue el motor y la música el cumplimiento de este
proceso; a través de la música me acerqué a la fe, no tuve una
conversión asombrosa y repentina, no pasé del cero a la fe. Siempre me
han educado cristianamente, pero mis valores eran tibios.

-¿Cómo se traduce esta conciencia en este “trabajo especial”?

-En la seguridad de que no estamos solos. No he tenido una vida
desordenada que me llevara a darme cuenta de Dios, sino que he
reconocido las gracias que me han sido dadas y ahora llevo una vida
mejor, no pongo todas mis esperanzas en mis fuerzas.

-¿Por ejemplo?

-Mi objetivo ya no es el éxito a toda costa; mañana podría quedarme sin
voz, o fracasar en un proyecto. Vayan como vayan las cosas, sé que debo
estar agradecido porque la vida, mi vida, no es algo que hay que dar por
descontado. Tú y yo estamos aquí, yo soy un cantante y tú un
periodista, nuestras vidas podrían cambiar en un instante: esto es lo
que nos hace iguales ante Dios. Es un pensamiento grande y hermoso.

-¿Ha mejorado esto su producción musical?

-Probablemente ha influido de manera positiva, porque este camino es
algo que me produce curiosidad y desde el punto de vista de la
composición hace que me dé cuenta de lo humano.

-Con In te ha cantado sobre el aborto; con Nella stanza 26, de la prostitución y del deseo de ser rescatado. ¿Las canciones sirven para esto?

-Desde luego. Se non ami está inspirada en la Primera carta de San Pablo a los Corintios; en Fatti avanti amore
creo con fuerza que los seres humanos estamos hechos para amar a pesar
de nosotros mismos. Porque creo también firmemente que, al ser
corruptibles, la mayoría de las veces caemos.

-Pero no estamos solos. ¿En qué otras canciones se ve este recorrido?

-En Unici está claro que hablo del ser humano al que Dios ha hecho como una obra de arte.

-Pero hoy tenemos el género con su ideología, que quiere homologar el hombre a un cliché…

-A un género y, aún peor, nos quiere convertir en mercancía de
intercambio. Es terrible y peligroso. Somos criaturas, ¿vale? Y la
criatura, a los ojos de Dios, es extraordinaria; tenemos un nombre, no
estamos hechos para que nos encasillen en una tipología. Tú eres un
hermano con todos tus limites que hay que respetar; no consigo aceptar
la idea de que eres una tipología intercambiable y mutable.

-Y sin embargo, muchos de
sus compañeros de profesión se dedican con ahínco a afirmar este
concepto. Tomemos el caso del vientre de alquiler, donde ya no es
importante saber quién es tu madre. 

-Esta mentalidad es fruto de una sociedad sin Dios, que pierde sus
puntos de referencia y sus certezas basándose en figuras inexistentes.
Pero el fruto se reconoce por el árbol. Y si el árbol es bueno, genera
frutos buenos; no lo he inventado yo, está en las Escrituras, se nos ha
dado como advertencia.

-Volvemos siempre a lo mismo: es un tema incómodo en determinados ambientes y el del espectáculo es uno de ellos.

-No quiero juzgar a nadie, pero sé que cuando todo se convierte en algo
relativo, y cuando el relativismo pasa a ser considerado libertad, nos
encontramos ante una insidia. Por ejemplo, con el aborto.

-Terreno minado: se toca el tótem de la libertad…

-Pero, ¿qué libertad es la que me lleva a considerar un grumo de células
al hijo que no quiero y un ser humano al hijo que quiero y que pierdo?

-¿Cómo se nutre espiritualmente Nek?

-Como todos los católicos; pero le estoy muy agradecido a San Pablo, es
una figura que siempre me ha fascinado y que siento muy cercana.

Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).

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