La Iglesia diocesana de Santiago homenajea y despide cariñosamente a monseñor Fernández, quien ha sido hasta ahora su obispo auxiliar
“Nos reunimos esta mañana en torno al altar para dar gracias a Dios por la colaboración inestimable del ministerio episcopal de D. Jesús durante estos años entre nosotros. Con las palabras de la Sagrada Escritura podemos decir: “En poco tiempo ha hecho mucho”. Así comenzaba hoy su homilía el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en la Eucaristía de despedida y acción de gracias por el nombramiento como obispo de Astorga del hasta ahora obispo auxiliar, monseñor Jesús Fernández. “Agradecemos su labor pastoral en esta Iglesia particular”, indicó monseñor Barrio en alusión a los años de trabajo de monseñor Fernández en la Iglesia compostelana, “y le felicitamos por la nueva misión episcopal que se le ha encomendado en la Iglesia hermana de Astorga. Entonces, viniendo de la Diócesis hermana de León, le recibimos con esperanza y ahora le acompañamos con agradecimiento”. La Eucaristía tuvo lugar en la Iglesia de San Martín Pinario. Y a continuación se celebró un acto de homenaje en el salón de actos del Instituto Teológico Compostelano (ITC), en el que se visionó un video con testimonios diversos sobre la tarea pastoral del hasta ahora obispo auxiliar. Entre ellos, testimonios de todos los obispos de Galicia.
Monseñor Julián Barrio indicó también en su homilía que “vivimos este acontecimiento en el contexto de la historia de la salvación en el que percibimos que Dios concede el don de lo que manda y por eso confiadamente le decimos que mande lo que quiera, sabiendo que la vida es gracia y tarea”. Y manifestó que “encomendamos el ministerio pastoral de D. Jesús en la iglesia particular de Astorga”. El templo de San Martín Pinario acogió esta ceremonia con las limitaciones de presencia propias de la situación generada por la crisis sanitaria del Covid 19. En sus palabras, el arzobispo señalo además que “la confianza en Dios la manifestamos en los demás que contemplan los vaivenes de nuestra vida: dando gracias por nosotros y rogando en nuestro favor. En esta perspectiva situamos el ministerio episcopal, sacerdotal y laical, poniendo de por medio la caridad y el afecto fraterno “que cubre la multitud de los pecados” (1Pe 4,8) en el discurrir de nuestra vida. En esta complejidad bordeamos el misterio. A veces nos vemos absorbidos por él. Sólo en la fe que trasciende toda ciencia, podemos contemplarlo sosegadamente”.
Agradecimiento
En el acto celebrado en el ITC intervino el profesor Francisco Durán, quien dijo que “con este acto, limitado en número por imperativos sanitarios, los diocesanos queremos darle las gracias públicamente…, porque fuimos y nos sentimos agraciados por su presencia”. El profesor aludió a la tarea pastoral que le aguarda a monseñor Fernández en Astorga, tierra de “profundas raíces comunes con esta tierra gallega, testimoniadas por unos límites diocesanos seculares que desdibujan los políticos territoriales vigentes y por su contribución conjunta a la propagación del cristianismo en el noroeste peninsular”.
En el acto intervinieron Santiago Fernández González, subdelegado del Clero para la Vicaría de Pontevedra; la hermana Marifé, de las Siervas de San José; Inma Touris, responsable de Acción Católica General en Santiago; así como Germán Torres, director de la Escola Diocesana de Axentes de Pastoral (EDAP).
Puso punto final al cariñoso acto de despedida el propio obispo electo de Astorga. Monseñor Jesús Fernández agradeció el esfuerzo realizado en la preparación de este acontecimiento, así como en la elaboración del video de testimonios. Agradeció la acogida que había sentido desde su llegada a Compostela, dio gracias a Dios por todos los momentos vividos, los que llamó normales y los que consideró singulares. Entre estos, citó su nombramiento como obispo auxiliar y ahora como obispo titular de Astorga. “Son tiempos de gracia”, resumió, mientras pedía a todos seguir trabajando en unidad y en comunión. “Os encomiendo al Señor; rezad también por mí”, finalizó.