Monseñor Barrio: “no nos olvidemos de los pobres en estos días en los que intercambiamos regalos”

Carta Pastoral de Adviento del arzobispo, en la que insta a vivir la alegría de la Navidad “en modestia y sobriedad”

“No nos olvidemos de los pobres en estos días en los que intercambiamos regalos. Respetemos la dignidad propia de cada ser humano”. Así se expresa el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en una Carta Pastoral para el Adviento, tiempo que se inicia este próximo domingo y que abre el Año Litúrgico en el calendario de la Iglesia. La celebración de la Navidad, recuerda monseñor Barrio, “nos trae el mensaje de que debemos estar siempre alegres en el Señor”, pero es una alegría que ha de vivirse en “modestia y sobriedad”. El arzobispo de Santiago indica que “eso conlleva vivir la fraternidad con los demás” y que los creyentes no pueden olvidar que “sigue habiendo hogares con acuciantes problemas económicos, y que hay mucha gente que no tiene lugar en la posada de nuestra sociedad”.

Bajo el rótulo “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?”, el arzobispo de Santiago ha dado a conocer una Carta Pastoral para el Adviento, el tiempo litúrgico previo a la celebración de la Navidad. En ella, monseñor Barrio recuerda que “acabamos de clausurar el Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia” y que ahora “el tiempo litúrgico del Adviento nos invita a fortalecer nuestra esperanza cristiana fundamentada en la venida del Hijo de Dios”. En la Carta se recuerda que “el Adviento nos ayuda a prepararnos espiritualmente para recibir al Señor que vino, está viniendo y vendrá”.

El arzobispo señala, además, que “nuestro compromiso es tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús, que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos a nosotros con su pobreza”. “No olvidemos”, afirma monseñor Barrio, “que los pobres de cualquier condición son la puerta para encontrarnos con el rostro de Cristo”, para asegurar que “con todos ellos hemos de vivir la Navidad, ayudándoles con nuestra colaboración económica y llevándoles la Luz que brilló en Belén”.

    Texto íntegro de la Carta Pastoral

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