En la medianoche de ayer, 24 de diciembre, tuvo lugar en Catedral Compostela, la Misa de Nochebuena, también conocida como la tradicional ‘Misa del gallo’. Ésta fue presidida por el arzobispo D. Francisco Prieto que, a su vez, estuvo acompañado por miembros del cabildo catedralicio, así como de un buen número de fieles que celebraron, en un ambiente de fiesta, con gozo y alegría, la solemnidad de la Natividad, del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Las grandes solemnidades están remarcadas, precisamente, por la liturgia que la Iglesia ha compuesto para celebrarlas. Para Navidad hay cuatro misas y en todas se presenta el Misterio de la Navidad desde ángulos diferentes y utilizando textos bíblicos distintos.
La Misa de la Medianoche se enfoca en el momento del Nacimiento, el momento en el que la Virgen María de un modo tan misterioso y tan silencioso da a luz virginalmente al Salvador.
El Arzobispo, en su homilía, señaló que “es una noche de silencio y de contrastes: un niño envuelto en pañales, unos pastores que escuchan la Buena Noticia…”
En esa misma línea, el arzobispo de Santiago indicó que se trata “dun amor encarnado na nudez e a sinxeleza, un Deus-con-nós para que entre nós brote o cántico que glorifica a Deus ao contemplar no Neno que nace en Belén ao que nos trae a luz que disipa as sombras e instaura a verdadeira paz e xustiza”.