Magdala, la Pompeya de Israel, refleja fielmente cómo era la vida en los tiempos de Jesús en Galilea

Los restos de la ciudad de Magdala fueron descubiertos casi por casualidad convirtiéndose en uno de los yacimientos arqueológicos relacionados con la Biblia más importantes hallados en Tierra Santa en las últimas décadas.


Pocas personas saben más de este lugar que Marcela Zapata-Meza, directora del proyecto arqueológico Magdala,
que destaca que la ciudad no fue destruida sino que quedó sepultada por
los deslaves del monte Arbel, por lo que se ha conservado tal cual era
en tiempos de Jesús. Y eso que sólo se ha excavado hasta el momento el
15% del total.


De este lugar procedía según la tradición María Magdalena, y aunque
no hay evidencias que lo demuestren es muy probable que Jesús visitara
este lugar y predicara en su sinagoga, visitada en estos momentos por miles de judíos debido a la piedra que los arqueólogos encontraron en ella.


En una extensa entrevista en ABC con Mónica Arrizabalaga, Marcela Zapata ofrece interesantes datos e historias sobre la conocida como la Pompeya de Israel:


«Estamos desenterrando la ciudad de Magdala tal como era en el siglo I»


– ¿Qué es lo más interesante que se ha descubierto en estos siete años de excavaciones en Magdala?


En 2010, la Autoridad de Antigüedades descubrió la sinagoga,
la séptima del s. I que se ha encontrado en Israel y la primera de la
zona de Galilea de la época en la que vivió Jesús. En ella se encontró
la Piedra de Magdala, que es una una representación, de acuerdo a
la doctora Rina Talgam de la Universidad Hebrea de Jerusalén, del
Segundo Templo descrito por el historiador Flavio Josefo y por la
Mishná, hecha durante el periodo del siglo I. Esta piedra sobresale, a
diferencia de otras piezas del periodo, por la cantidad de elementos del
Templo representados y por la idea de tridimensionalidad. No son
representaciones, sólo son alusiones a la presencia divina. Es única en
su tipo, está hecha sobre piedra caliza de la región de Galilea y no
hay, hasta el momento, una pieza de arte con significado religioso,
igual.



La piedra hallada en Magdala contiene la representación de la Menorah más antigua que se conoce


Nosotros lo que hemos descubierto es la parte de la vida cotidiana:
el mercado, unidades habitacionales, unidades de almacenamiento, parte
del puerto y los baños de purificación rituales, los famosos mikvaot, que hablan de que la población que vivía en Magdala era judía, muy religiosa, y que le daba mucha importancia a sus leyes, a sus normas, a la cuestión de la pureza.


Estos baños de purificación,

 además de ser los únicos que hay en
Galilea, son los únicos en todo Israel que se surten por aguas
subterráneas
. En la Mishná se describe que hay siete
niveles de pureza en el agua y se menciona que el grado más puro es el
séptimo, que corresponde con las aguas de corriente subterránea. Las
personas que realizaban una inmersión en estas aguas creían que volvían a
nacer espiritualmente. Nunca se había descubierto algo así hasta ahora y
nosotros tenemos cuatro baños de purificación vivos en los que el agua
sigue corriendo. Ahora ya hemos abierto los canales originales y el
drenaje que los antiguos pobladores de Magdala hicieron en su momento,
pero cuando los descubrimos nos inundaron. Era impresionante ver cómo
salía el agua entre las juntas de las paredes y las escaleras. Fue un
espectáculo.


También hemos descubierto una producción local de miniaturas de vidrio. Encontramos el desecho de la producción y muchas miniaturas que sirvieron para contener aceite o cosméticos.
Ahora, gracias a la doctora Marisa Vázquez, de la Universidad de
Valencia, vamos a poder saber qué tipo de cosméticos contenían y si eran
locales o importados.


marcela-zapata


– ¿Cómo era esa vida cotidiana? ¿Era Magdala una ciudad próspera?


– Sí, era una ciudad próspera, económicamente activa por la pesca y la salazón de pescado. Hay fuentes históricas que hacen referencia al pescado que se salaba en Magdala.
El nombre en griego de Magdala es Tariquea (“conservación”) y en esa
época se conservaba a través de la sal. El pescado lo sacaban del mar de
Galilea o del lago de Tiberíades, lo limpiaban y lo salaban en Magdala y
las fuentes refieren que llegaba vía marítima hasta Roma. Los romanos
lo conocían como el pescado «taricho», el pescado que llegaba de la
antigua Tariquea.


– ¿Cuántos habitantes tuvo Magdala? Flavio Josefo daba una cifra de 40.000.


– Dudo muchísimo que hubieran habitado ahí 40.000 personas. Creo que
alrededor de entre 3.000 y 5.000 personas, aunque es muy difícil que lo
sepamos. A través de todos los fragmentos de cerámica y las vasijas que
se puedan conformar y restaurar se puede hacer un cálculo aproximado,
pero lo que verdaderamente revela el dato de la población son los
entierros y los judíos no enterraban en sus pueblos, sino en las
afueras. En la ladera del monte Arbel están las tumbas de las personas
que murieron de manera natural en Magdala o por la guerra del año 67,
que también describe Flavio Josefo, pero se sabe que la tradición de
enterrar en el monte Arbel a los fallecidos en la zona siguió hasta el
siglo IV. El problema es que excavar en un cementerio en Israel es muy complicado porque estás profanando algo muy sagrado.
Vamos a tener que dar una aproximación a través de las unidades
habitacionales, entendiendo los espacios que se utilizaron para dormir, y
a través de la cerámica. No llegará a esos 40.000, que es una cifra
estratosférica. Por más que hablemos de una ciudad grande.


Vista del yacimiento arqueológico tomada desde un dron


Vista del yacimiento arqueológico tomada desde un dron – Marcela Zapata-Meza


– Porque estáis seguros de que donde estáis excavando era la antigua Magdala, y de que ésta a su vez era la antigua Tariquea…


– Sí. Esas dos cosas las tenemos seguras. Hay algunos filólogos que
dudan porque el nombre de Migdal (Magdala) quiere decir torre y todas
las antiguas ciudades tenían un torre (nosotros también), pero las otras
ciudades que llevan el nombre de Migdal no están a orillas del mar de
Galilea. Esta es la única Migdal o Magdala situada, como la describen
tal cual las fuentes, entre dos defensas naturales que son el monte
Arbel y el mar de Galilea
y a 7 kilómetros de la capital, que por
entonces era Tiberias. Cumple con esos requisitos además de la
prosperidad económica, que no cumplen otras ciudades. En eso lo tenemos
claro.


– ¿En qué os habéis basado para hablar de su prosperidad económica?


– En la cantidad de monedas que hay de otros lugares -hemos
encontrado monedas que se acuñaron en Jerusalén, en Tiberias, en
Gamala…- y en la arquitectura misma y los materiales con que fue
construida la ciudad -las piedras están perfectamente labradas-. También la sinagoga refleja esa prosperidad.
Tiene las paredes pintadas y con colores como el rojo, el amarillo, el
ocre, o el azul realizado con materiales que vienen de Egipto. Además
hay mosaicos de estilo pompeyano, así como una gran cantidad de objetos
de metal y de vidrio.


La producción misma de objetos de vidrio es otro factor y tenemos
«terra sigilata» tanto de exportación romana (habla del comercio y la
exportación) como local, imitando la terra sigilata romana con
materiales puros. Todo esto nos habla de la riqueza de Magdala.


– ¿Por qué consideras a Magdala la Pompeya de Israel?


– Porque no fue destruida por causas naturales como un temblor. En la
zona de Israel se reporta un terremoto muy fuerte por el año 374-375
que afectó a la capital de Galilea que era Tiberias y a otras ciudades,
pero a Magdala no. Tampoco tenemos ninguna evidencia de la guerra que
narra Flavio Josefo. Sí de que después del año 67, de la famosa primera
revuelta judía, la vida en Magdala continuó hasta mediados del siglo II y
después la ciudad se abandonó.


Conforme fuimos avanzando en las excavaciones, con una metodología
muy precisa, en retícula, nos encontramos entre la superficie y los
pisos del siglo I con herramientas en pedernal que son propias del
Bronce temprano. ¿Qué hacían herramientas de la Prehistoria en un sitio
del siglo I, cuando ya no se utilizaban? Me empecé a cuestionar cómo
llegaron a esos estratos y fui detectando que en los lugares donde las
encontramos había presencia de un limo muy particular. Era del monte
Arbel, donde están los yacimientos de pedernal y los talleres de la
época del Bronce. Encontramos materiales de la Prehistoria porque, en
distintos momentos, los deslaves naturales del monte fueron cubriendo
el pueblo de Magdala
hasta que quedó completamente sellado, hasta que llegamos los arqueólogos del siglo XXI.


– Os encontásteis con los restos de un pueblo ya abandonado. No habéis descubierto restos humanos.


– No. Es un pueblo que, por alguna razón que todavía no sabemos, fue
abandonado. También ocurrió en otros sitios en Israel en los que hay
evidencias del periodo helenístico, del siglo I, una reocupación después
de la revuelta en el siglo II… y después la población abandonó estas
ciudades. Tenemos que entender qué pasó, porque la segunda revuelta
judía, la de Bar Kojba, no es la causa. Algo ocurrió antes, que hizo que
los pobladores abandonaran estas ciudades. En Magdala, el limo del
monte Arbel cubrió la ciudad y quedó completamente sellada. Los muros
están intactos, los pisos de basalto, los baños de purificación ritual.
Es un privilegio. Estamos desenterrando la ciudad tal como era en el
siglo I.



– ¿Qué han podido revelar las excavaciones sobre la figura de María de Magdala?


– Nada. Si realmente María de Magdala nació y vivió en Magdala, lo sabemos por los Evangelios, pero no por la arqueología.
No tenemos ninguna evidencia de que haya vivido ahí. Es verdad que solo
llevamos un 15% excavado y no te puedo decir ahora: Nunca lo vamos a
encontrar. Pero de momento no tenemos nada.


– ¿Habéis encontrado algo cristiano en Magdala? ¿Algún detalle? ¿La figura de un pez?


– Nada. En Magdala hay una reocupación en el siglo II después de la
revuelta del 67, y por la cerámica encontrada pensamos que sigue siendo
judía, pero no descarto la posibilidad de que en el siglo II también
haya habido presencia de cristianos, de los famosos protocristianos.
Todavía no los distinguimos bien porque siguen siendo judíos, por
historia y por tradición. Ya se consideran seguidores de Jesús de
Nazaret, pero en su día a día siguen utilizando los baños de
purificación, las vasijas a las que están acostumbrados… Mientras no
encontremos un texto, o una figura de un pescadito (símbolo primitivo del cristianismo) o algo, no podemos hablar ni de que allí estuvo Jesús ni de la presencia de cristianos, aunque hipotéticamente la podemos plantear.
Hay fuentes del siglo IV de los primeros peregrinos que mencionan que
cuando iban de Galilea hacia Jerusalén pasaban por Magdala y visitaban
la basílica que se había construido por indicación de Santa Elena sobre
la casa de María Magdalena. Nosotros no hemos descubierto nada. Los
únicos que tienen algo bizantino son los franciscanos en el área sur,
pero tampoco se puede decir que sea una basílica, ni que allí estuviera
la casa de María Magdalena.


Tampoco hay ninguna evidencia de Jesús. Los Evangelios dicen que
Jesús pasó por todas las sinagogas alrededor del mar de Galilea haciendo
el bien, predicando. La única sinagoga que hay a orillas del mar de
Galilea es la de Magdala. Si realmente Jesús estuvo en Magdala debió de
haber estado en esa sinagoga
, aunque los Evangelios no lo mencionan concretamente. Por fe se puede creer, pero científicamente no tenemos nada.


Marcela Zapata (izda), analizando los materiales hallados en Magdala


Marcela Zapata (izda), analizando los materiales hallados en Magdala – Marcela Zapata-Meza


– ¿Concuerdan hasta ahora vuestros hallazgos con las fuentes escritas?


– Encajan. En lo único que no tenemos todavía correlación es en el tema de la guerra.
Porque Flavio Josefo describe una contienda muy fuerte en el 67 en
Magdala y no tenemos evidencia. Sí hemos detectado la presencia de la
legión romana porque se han hallado algunos objetos de metal que le son
propios, pero eso solo habla de que los romanos estuvieron ahí, lo cual
tampoco es raro.


Por otra parte, hay muchas fuentes que hablan del pescado que salaban
en Tariquea, pero tenemos que comprobar científicamente en qué espacios
se salaba. Los expertos de la Autoridad de Antigüedades tienen la
teoría de que se realizaba en unos espacios que están enfrente de la
sinagoga y nosotros pensamos que se hacía en la zona del puerto, porque
la limpieza del pescado es una actividad que se consideraba impura y nos
cuesta creer que se realizara a dos metros de la sinagoga. Hemos tomado
muestras del recubrimiento de estuco de unas piscinas cercanas al
puerto para ver si tuvieron un concentrado de sal fuerte. Si lo encontramos, podremos afirmar que ahí se realizó la salazón del pescado.


Estas dos cuestiones, la guerra y la salazón del pescado, son las que
nos están haciendo un poco de ruido en relación a las fuentes, pero hay
que entender quién escribió esos testimonios, en qué época y por qué.
Flavio Josefo tiene una historia muy particular porque no era bien visto
como judío, ya que se pasó al bando de los romanos. De hecho, la descripción que hace de Magdala es muy romana.
Hay que pensar en la intención y las influencias del historiador. La
guerra pudo haberse dado cerca de Magdala y él pone a Magdala en el
centro.


– ¿No hubo ocupación romana en Magdala?


– En Tiberia sí. En Magdala, no. Pero sí hay ciertos estilos arquitectónicos que pudiéramos decir que son más romanizados. Hubo una influencia artística, arquitectónica, pero no tenemos evidencia de que los romanos hubieran vivido allí.


– ¿Cuáles van a ser vuestros siguientes pasos en la investigación?


– Una vez que hayamos publicado el libro, vamos a
seguir excavando a partir de 2020 y a unir las áreas de la sinagoga y el
mercado para comprender y dar una lectura mucho más clara de cómo era
la ciudad. Así llegaremos a tener entre un 40-50% del territorio excavado.
Hasta ahora tenemos un 15% de las tres hectáreas de terreno. Para el
2020, la idea es contar con temporadas de excavación más largas, que no
se concentren solo en verano, para disponer de unos 4-5 meses para poder
avanzar.


– ¿Los hallazgos se expondrán en Magdala en un futuro?


– En México todos los sitios tienen su museo, pero en Israel no.
Nosotros queremos llevar lo que hemos aprendido en México y hemos
contemplado la construcción de unas bodegas con el clima adecuado para
conservar los materiales y organizar exposiciones. Ya lo hemos hablado
con la Autoridad de Antigüedades. Eso sería para 2020-2021.


El yacimiento está abierto oficialmente al público desde 2014 y recibe visitas de hasta 1.000 peregrinos por día. Eso implica que tengamos que pensar en una conservación muy firme y un mantenimiento constante, para que el turismo no dañe el lugar.


Magdala está considerado como el descubrimiento más importante en 50 años en arqueología bíblica.
En Israel nos reconocen como uno de los mejores proyectos en
arqueología y nos ponen como ejemplo. Independientemente si estuvo Jesús
o no, nos consideran como un sitio histórico importante para entender
el judaísmo y posiblemente para comprender el protocristianismo.

ReligiónenLibertad