Los obispos lanzan un documento de 100 páginas («incompleto») para la acción y la reflexión social

¿Es usted cristiano y tiene tiempo libre? Quizá quiera dedicarlo a leer las 100 páginas del documento que los obispos españoles aprobaron en su reunión de noviembre, titulado «El Dios fiel mantiene su alianza», que se ofrece “a los miembros de la Iglesia y a la sociedad española” para reflexionar sobre la situación social.

Cien páginas no son, desde luego, pocas páginas, pero el mismo documento declara que es un texto “incompleto”, abierto y “a la espera de aportaciones que, continuando lo impulsado en el Congreso de Laicos y en el Itinerario sinodal, ayuden a «completarlo»”. Nadie propone un límite de páginas para la versión “completa” si alguna vez llega a existir.

El documento lo ha presentado este viernes en Madrid el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, que durante meses ha sido su principal impulsor y es conocido por su interés en la Doctrina Social católica. Se puede consultar completo aquí. 

El texto es largo porque busca enumerar y relacionar muchos cambios sociales, que juntos significan un “cambio de época”. El texto señala que ha buscado dar una visión de las relaciones entre muchos temas que otras veces se han analizado por separado.

El documento denuncia nuestra actual cultura de desvinculación e individualismo (“desvinculación respecto del propio cuerpo, de la realidad, de los otros y de Dios”, que es “resultado del elogio desmedido de la autosuficiencia e independencia”).

Contra la desvinculación: la comunidad y la alianza

La respuesta de la Iglesia a tanta desvinculación e individualismo es la vivencia bíblica y cristiana que se construye con relaciones y comunidad, con alianzas: “El vínculo o alianza que Dios sella con la humanidad; en la alianza matrimonial y en las alianzas entre las personas y los pueblos. Todo ello iluminado en la Alianza nueva y eterna de Jesucristo que ofrece a la historia esperanza”.

El largo documento busca “animar la presencia pública de los católicos” y “abrir un proceso de diálogo y discernimiento” en “comunidades cristianas, Acción Católica, consejo de estudios y proyectos, universidades católicas, semanas sociales, medios de comunicación social, etc…”

Los temas que están, pero no se mencionan

En la presentación ante la prensa, como parte del “cambio de época”, el arzobispo Argüello mencionó “la cultura de la cancelación o el llamado movimiento woke“, aunque el documento no usa nunca ninguna de esas palabras.

En esta presentación, el arzobispo remitió el concepto de “desvinculación”, que sale 15 veces en el documento, a los Informes Foessa (de Cáritas, estudios de pobreza en España), aunque circula desde hace tiempo (por ejemplo, en 2014 lo detallaba Josep Miró, presidente de E-Cristians, en su libro La Sociedad Desvinculada).

El documento menciona 10 veces la palabra “divorcio”, 12 “aborto” y ninguna “provida” (una vez habla de “defensa de la vida”). Sólo una vez usa la palabra “trans” (para hablar de la ley trans) y nunca habla de “cambio de sexo” aunque habla una vez de “desvinculación respecto al propio sexo”, entre otras desvinculaciones.

El documento nunca menciona la libertad de expresión o de pensamiento (que nuevas leyes españolas acosan con argumentos woke) ni de libertad de culto o religiosa (que los tribunales españoles han constatado que se violentaron durante la pandemia). 

Los partidos políticos no parecen tener nada que ver con los problemas de España, porque no son mencionados nunca en el documento. Los gobernantes solo son mencionados en una cita de Tomás de Aquino que pide que “instauren y mantengan las condiciones que
permitan a los ciudadanos vivir una vida buena”.

Un documento con muchas propuestas de acción

En general, el documento, aunque largo y con un lenguaje poco ágil, es ortodoxo en doctrina y busca dar propuestas prácticas a partir de su párrafo 77 (página 87).

Por ejemplo:

– “Cada persona ha de asumir la responsabilidad de cuidar la propia familia, dedicándole tiempo y luchando por ella como expresión también de responsabilidad social”.

– “Hemos de conjugar la acción institucional contra leyes injustas con la acogida de cada persona y la afirmación de su dignidad”.

– “En el terreno educativo es importante la propuesta explícita de formación afectivo-sexual, así como el seguimiento de la educación en la escuela con la participación en las asociaciones de padres”.

– Es imprescindible la presencia en la vida pública, personal o asociadamente, para impulsar acciones institucionales en favor de todos y de cada uno, para cuyo discernimiento se cuenta con la iluminación de la Doctrina Social de la Iglesia.

– A título de ejemplo proponemos algunos posibles campos de acción:

» El desarrollo y reconocimiento social de la maternidad y paternidad, su protección y promoción en la vida pública.

» La equidad entre hombres y mujeres en el trabajo. Resaltar el valor del trabajo en el hogar, los cuidados domésticos y la corresponsabilidad de varones y mujeres en él.

» La implicación de la dimensión familiar en todas las políticas sociales.

» Condiciones laborales que favorezcan la crianza de los niños y el desarrollo de la infancia.

» El protagonismo familiar y social en todas las áreas del estado del bienestar.

» Especial atención familiar, social e institucional a los ancianos. Las residencias de mayores.

» La transformación de las ciudades para que tengan una escala más humana y vecinal.

» Las migraciones: trabajar en materia de cooperación internacional para que la emigración no sea forzada por las condiciones económicas o políticas. Favorecer la integración plena de los inmigrantes.

» La España despoblada: participar activamente en la promoción de la repoblación con proyectos comunitarios, ecológicos y espirituales.

» Trabajar por una cultura política en la que sean posibles los pactos a largo plazo, especialmente un «pacto por la natalidad y la repoblación».

» En los actuales diálogos sobre el ingreso mínimo vital o la renta básica universal, incorporar la perspectiva del salario familiar.

» Búsquedas teóricas y prácticas, desde la Doctrina Social de la Iglesia, de una transformación del sistema económico que ponga en el centro la dignidad de la persona, la prioridad del trabajo sobre el capital, la lucha contra el hambre y la propuesta de un desarrollo humano y ecológico integral y el bien común universal.

Son, pues, muchos temas, que no quedan solo en el análisis sino que incluyen la llamada a asociarse y actuar.

Recuerda algo a aquella frase clásica revolucionaria de los 70, de “organízate y lucha”…

Aquí, completo, el documento «El Dios fiel mantiene su alianza».

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