Jubileo, la misericordia toca dos veces en la Curia romana

Después del acróstico de la misericordia en su saludo a la Curia romana en Navidad, el papa Francisco, en la homilía de este lunes 22 de febrero en la Basílica de San Pedro, alzó la posta y les llamó a ser, antes que nada, “colaboradores de Dios”.

“Debemos ser un modelo para todos” y el modelo propuesto a la Curia romana es el del Buen Pastor que cura las heridas de los más frágiles para que encuentren la misericordia de Dios.

“La fidelidad que se nos pide es la de actuar según el corazón de Cristo”, dijo ante 5 mil curiales entre cardenales, jefes de dicasterio, obispos secretarios, y empleados.

En la fiesta litúrgica de la Cátedra de San Pedro, el papa Francisco constató que la celebración se ha realizado en el marco del Jubileo de la Misericordia “como comunidad” de servicio a la Iglesia y al sucesor de Pedro.

En un tono misericordioso, el Papa indicó: “Estamos llamados a ser los colaboradores de Dios en una empresa tan importante y única como la de testimoniar con nuestra existencia la fuerza de la gracia que transforma y la potencia del espíritu que renueva”.

Misericordia en el trabajo y con todos

El Pontífice, comprometido en descentralizar y reformar la Curia, exhortó a sus colaboradores a seguir e imitar al Buen Pastor y a decir no a la arrogancia. “Que también en nuestros ambientes de trabajo podamos sentir, cultivar y practicar un fuerte sentido pastoral, primero que todo hacia las personas que encontramos todos los días”.

“Que nadie se sienta desatendido o maltratado, sino que cada uno pueda experimentar, primero, sobre todo aquí (en la Curia), el cuidado premuroso del Buen Pastor”, añadió.

Las palabras del papa Francisco estaban dirigidas a los empleados curiales para reflexionar sobre el servicio al Papa y a la Iglesia. Y como “colaboradores de Dios”, les invitó a alejarse de toda tentación que aleja de esa misión.

Un modelo de misericordia

Por ello, insistió en la fidelidad y en la misericordia de esta misión como “binomios inseparables” y presentes en el Buen Pastor.

De igual manera, les exhortó “a descubrir la belleza” de la fe en Jesús. “La fidelidad en el misterio bien se conjuga con la misericordia de la cual queremos hacer experiencia”, dijo.

El Pontífice refirió las palabras del apóstol Pedro que invita a apacentar las ovejas con “ánimo generoso” y “volvernos un modelo para todos”. “De esta manera, cuando aparezca el Pastor supremo podremos recibir la ‘corona de la gloria que no marchita” (1 Pt 5,14).

“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? (Mt, 16, 15)” es la pregunta de Jesús, una pregunta de amor de ‘nuestro único maestro’ y no ‘inquisidora’”, señaló Francisco.

El Buen Pastor

Sucesivamente, en alegoría a Pedro, como piedra de la Iglesia y citando a san Agustín, el Papa puso por encima de todo a Cristo. “La piedra es Cristo, base de la cual también Pedro ha sido edificado” (In Joh 124, 5: PL 35, 1972).

¿El modelo a seguir? El buen pastor que va a por “la oveja perdida” como signo de “amor sin limites” para que el más débil pueda alcanzar la misericordia de Dios.

El Jubileo inició esta mañana en el aula Pablo VI con una meditación de Marko Rupnik en la que explicó que el mal se anida en una religión que exige y exige a las personas hasta el cansancio sin acércalos a la misericordia y el encuentro con la comunidad.

Al final se realizó la procesión hacia la Puerta Santa de las religiosas, los religiosos y los laicos. El Papa, a la cabeza de la procesión, acompañó la cruz hasta la Basílica de San Pedro.

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