III Domingo de Cuaresma

CITA

« ¡Corruptio optimi pesssima!»

Jer 7, 11; Zac 14, 21: “Y no habrá aquel día mercaderes en la Casa de Yahvé de los Ejércitos”

Mc 15, 29¡Ea! , tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, ¡sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz! ()

Mt 12, 6 Mas yo os digo que en este lugar hay uno mayor que el templo. ()

Mt 23, 38 Pues bien: vuestra casa quedará desierta.

Lucio Anneo Séneca Al comienzo fueron vicios, hoy son costumbres.

Didaché, en torno al año 100—, antes de la distribución de los sagrados dones aparece el «Hosanna» junto con el «Maranatha»: «¡Venga la gracia y pase este mundo! ¡Hosanna al Dios de David! ¡Si alguno es santo, venga!; el que no lo es, se convierta. ¡Maranatha! Amén» (10,6).

San Agustín: “Aquel templo era una sombra: llegó la luz y ahuyentó la sombra”

Se sabe que esto no lo hizo el Señor una sola vez, sino en repetidas ocasiones. (De Cons evang, 2, 67).

Ese templo, el pueblo de Dios, los mismos hombres, son el lugar donde Dios escucha al que le ora. Sermón sobre el salmo 130, n. 1-2.

«En ningún punto la fe cristiana encuentra más contradicción que en la resurrección de la carne» (Enarratio in Psalmum 88, 2, 5).

“la esperanza tiene dos hermosas hijas: la ira y el coraje. Ira contra las cosas que no están bien y coraje para luchar por cambiarlas”.

Sólo al que ora en el templo de Dios se le concede ser escuchado para la vida eterna. Y ora en el templo de Dios el que ora en la paz de la Iglesia, en la unidad del cuerpo de Cristo. Comentario sobre el salmo 130, nn. 1-3: CCL 40, 1198-1200.

«El verdadero templo, que es el cuerpo del Señor, se derrumbó; pero luego se levantó, y de tal manera que en modo alguno podrá derrumbarse de nuevo… Quien dijo: «vuestros cuerpos son miembros de Cristo», ¿qué otra cosa mostró sino que nuestros cuerpos y nuestra Cabeza, que es Cristo, constituyen en conjunto el único templo de Dios?» (Sermón 217).

San Juan Crisóstomo «aquel que en los peligros se expone por el honor que se debe a la casa de Dios, no menosprecia al Señor de ella, y por lo tanto, para demostrar su conformidad con Dios, no dijo “la casa santa”, sino “la casa de mi Padre”».

San Cirilo de Alejandría «la venida de nuestro Salvador en el tiempo fue como la edificación de un templo sobremanera glorioso; este templo, si se compara con el antiguo, es tanto más excelente y preclaro cuanto el culto evangélico de Cristo aventaja al culto de la ley o cuanto la realidad sobrepasa a sus figuras» ().

San Bernardo Somos nosotros (la Casa de Dios). Insisto, somos nosotros, pero en el corazón de Dios; somos nosotros, pero por dignación suya, no por dignidad nuestra. Sermón 5, 1. 8-10: Opera omnia. Ed. Cister, 5, 1968, 388-389. 394-396.

San Jerónimo Debemos vencer los vicios con el amor de las virtudes.

San Basilio La presencia de Dios es un remedio contra todos los vicios.

San Cesáreo de Arlés, Debemos disponer nuestras almas del mismo modo como deseamos encontrar dispuesta la iglesia cuando venimos a ella. Sermón 229,1-3: CCL 104, 905-908.

San Buenaventura, «Francisco, ve y restaura mi casa, mira que está en ruinas» (Leyenda Mayor II, 1).

Catalina de Siena, santa dominica del S. XIV, proclamada doctora de la Iglesia por Pablo VI, llama cielo al alma: “La llamo «cielo»; es cielo donde yo habito por la gracia, ocultándome dentro de ella y haciéndola mi mansión por afecto de amor”.

Teresa de Jesús, Deste Rey somos todos vasallos. Plegue a su Majestad, que los del Hijo, y de la Madre sean tales, que como soldados esforzados sólo miremos a donde va la bandera de nuestro Rey, para seguir su voluntad: que si esto hacemos con verdad los Carmelitas, está claro, que no se pueden apartar los del nombre de Jesús, de que tantas veces soy amenazada. Plegue a Dios guarde a vuestra paternidad muchos años. Carta XX.

San Juan Fisher «Cristo derramó su sangre a la vista del mundo: un templo ciertamente edificado por la sola mano de Dios. Y este templo tiene dos partes: una es la tierra, que ahora nosotros habitamos; la otra nos es aún desconocida a nosotros, mortales» ()

Madre Teresa: A la beata Madre Teresa le preguntaron una vez cuál sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en la Iglesia. Su respuesta fue: Usted y yo.

Catecismo, nº 584«Jesús subió al Templo como al lugar privilegiado para el encuentro con Dios. El Templo era para Él la casa de su Padre, una casa de oración, y se indigna porque el atrio exterior se haya convertido en un mercado (Mt 21,13). Si expulsa a los mercaderes del Templo es por celo hacia las cosas de su Padre: ‘No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado. Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: `El celo por tu Casa me devorará’. Después de su Resurrección, los Apóstoles mantuvieron un respeto religioso hacia el Templo» ()

585 Jesús anunció, no obstante, en el umbral de su Pasión, la ruina de ese espléndido edificio del cual no quedará piedra sobre piedra (cf. Mt 24, 1-2). Hay aquí un anuncio de una señal de los últimos tiempos que se van a abrir con su propia Pascua (cf. Mt 24, 3; Lc 13, 35). Pero esta profecía pudo ser deformada por falsos testigos en su interrogatorio en casa del sumo sacerdote (cf. Mc 14, 57-58) y serle reprochada como injuriosa cuando estaba clavado en la cruz (cf. Mt 27, 39-40).

586 Lejos de haber sido hostil al Templo (cf. Mt 8, 4; 23, 21; Lc 17, 14; Jn 4, 22) donde expuso lo esencial de su enseñanza (cf. Jn 18, 20), Jesús quiso pagar el impuesto del Templo asociándose con Pedro (cf. Mt 17, 24-27), a quien acababa de poner como fundamento de su futura Iglesia (cf. Mt 16, 18). Aún más, se identificó con el Templo presentándose como la morada definitiva de Dios entre los hombres (cf. Jn 2, 21; Mt 12, 6). Por eso su muerte corporal (cf. Jn 2, 18-22) anuncia la destrucción del Templo que señalará la entrada en una nueva edad de la historia de la salvación: «Llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre»(Jn 4, 21; cf. Jn 4, 23-24; Mt 27, 51; Hb 9, 11; Ap 21, 22).

Concilio Vat. II, “Las condiciones de nuestra época hacen más urgente este deber de la Iglesia, a saber, el que todos los hombres, que hoy están más íntimamente unidos por múltiples vínculos sociales técnicos y culturales, consigan también la plena unidad en Cristo.” (LG 1)

S. Juan XIII, “Quiero abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia afuera y los fieles puedan ver hacia el interior”.

San Juan Pablo II Jesús ha consagrado de una sola vez todos los templos del Pueblo de Dios. (18-03-1979).

El amor auténtico va acompañado siempre por la verdad. (02 de March de 1997)

“La mansedumbre y la severidad son expresiones del mismo amor, que, sabe ser, según la necesidad, tierno y exigente pues el amor auténtico va siempre acompañado por la verdad”. (02 de March de 1997)

Benedecto XVI Con la Pascua de Jesús se inicia un nuevo culto, el culto del amor, y un nuevo templo que es él mismo, Cristo resucitado, por el cual cada creyente puede adorar a Dios Padre “en espíritu y verdad”. 11 de marzo de 2012.

La Ley, más que una imposición, es un don. Más que mandar lo que el hombre debe hacer, quiere manifestar a todos la elección de Dios: él está de parte del pueblo elegido; lo liberó de la esclavitud y lo rodeó con su bondad misericordiosa. El Decálogo es testimonio de un amor de predilección. (19 de March de 2006)

Se olvida que la Iglesia es «ya» el Templo destruido por los hombres y resucitado por Cristo en tres días; es ya «el lugar donde Dios «llega» a nosotros y desde donde nosotros «partimos» hacia Él» (Homilía en la Solemnidad de la Cátedra de San Pedro, 19 febrero 2012).

«La incapacidad de reconocer la culpa es la forma más peligrosa imaginable de embotamiento espiritual, porque hace a las personas incapaces de mejorar»

«no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida». (Dios es amor, 1)

A la beata Madre Teresa le preguntaron una vez cuál sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en la Iglesia. Su respuesta fue: Usted y yo. Benedicto XVI Domingo 25 de septiembre de 2011

Papa Francisco, ¿se siente el Señor verdaderamente como en su casa en mi vida? ¿Le permitimos que haga «limpieza» en nuestro corazón y expulse a los ídolos, es decir, las actitudes de codicia, celos, mundanidad, envidia, odio, la costumbre de murmurar y «despellejar» a los demás? ¿Le permito que haga limpieza de todos los comportamientos contra Dios, contra el prójimo y contra nosotros mismos, como hemos escuchado hoy en la primera lectura? Cada uno puede responder a sí mismo, en silencio, en su corazón. «¿Permito que Jesús haga un poco de limpieza en mi corazón?». (8 de marzo 2015)

“la esperanza no es optimismo, no es esa capacidad de mirar las cosas con buen ánimo e ir adelante, y no es tampoco sencillamente una actitud positiva. Esto es algo bueno, pero no es la esperanza” (29 octubre 13).

Dejemos que el Señor entre con su misericordia —no con el látigo, no, sino con su misericordia— para hacer limpieza en nuestros corazones

“¿Vosotros sabéis cuál es el látigo de Jesús para limpiar nuestra alma? La misericordia. Abrid el corazón a la misericordia de Jesús. Decid: “Jesús, mira cuánta suciedad. Ven, limpia. Limpia con tu misericordia, con tus palabras dulces; limpia con tus caricias”.

«Jesús, ¿Tú te fías de mí? Yo quiero que Tú te fíes de mí. Entonces te abro la puerta y Tú limpia mi alma. Y pedir al Señor que así como limpió el Templo, venga a limpiar el alma» ()

«La Iglesia tiene que cambiar, pensamos cómo cambió desde el Concilio hasta ahora y cómo tiene que seguir cambiando en la modalidad, en el modo de proponer una verdad que no cambia» Entrevista exclusiva al papa Francisco (@Pontifex_es) por Bernarda Llorente

P. Raniero Cantalamessa, «Cuida de practicar lo que te hará feliz» (Dt 6, 3; 30, 15 s): éste, y no otro, es el objetivo de los mandamientos.

Ignacio IV patriarca oriental (1920-2012) La sinodalidad, la renovación de la Iglesia se producirá cuando todos: jerarquía y pueblo volvamos al evangelio del Señor y cuando su espíritu embargue nuestro caminar. en 1968 en el Consejo Ecuménico de Upsala

Miguel Delibes el dinero es «el símbolo e ídolo de nuestra civilización» ().

Marcel Proust “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”.

Mons. Pedro Casaldáliga el cristiano tiene que vivir siempre sublevadamente.

Oswald Chambers “El cristiano que está en verdadera intimidad con Jesús nunca atraerá la atención a sí mismo” ()

Eucaristía Porque dar culto no es realizar ceremonias, sino hacer la voluntad del Padre. 1991/10

Miguel de Burgos, OP Se está anunciando el cambio de una religión de culto por una religión en la que lo importante es dar la vida los unos por los otros, como se hace al mencionar el «cuerpo» del Jesús que sustituirá al templo.

PIEDAD Y ARTE CRISTIANO

¡Oh, felices lugares ó exclamaban ó donde tantos prodigios se realizaron por nuestra salvación! Pero, sin ir tan lejos, sin tenernos que molestar en atravesar los mares y exponernos a tantos peligros, ¿no tenemos aquí, en medio de nosotros, a Jesucristo, no solamente como Dios, sino en cuerpo y alma? ¿No son tan dignas de respeto nuestras iglesias como los lugares santos que visitaban aquellos peregrinos? ¡Nuestra dicha es demásiado grande!, jamás comprenderemos su alcance. ¡Pueblo feliz, el cristiano, al ver cómo cada día se renuevan todos los prodigios que la omnipotencia de Dios obró en otro tiempo en el Calvario para salvar a los hombres! (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el Jueves Santo).

Por esta razón, la santa madre Iglesia fue siempre amiga de las bellas artes, buscó constantemente su noble servicio y apoyó a los artistas, principalmente para que las cosas destinadas al culto sagrado fueran en verdad dignas, decorosas y bellas, signos y símbolos de las realidades celestiales (CONC. VAT. II, Const. Sacrosanctum Concilium,122).

(Mi casa se llamará casa de oración). Nadie haga cosa alguna en el oratorio, sino aquellas para las que está destinado, y de quien recibe su nombre (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. III, p. 16).

Cualquiera que sea el lugar donde nos encontremos, dirijamos con alegría nuestros pensamientos, nuestros deseos, hacia donde está guardado este adorable Cuerpo, para unirnos a los ángeles que con tanto respeto lo adoran. (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el Jueves Santo).

Los cálices sagrados y los santos lienzos y todo lo demás que pertenece a la Pasión del Señor [. . . ], por su consorcio con el Cuerpo y la Sangre del Señor, han de ser venerados con la misma reverencia que su Cuerpo y que su Sangre (SAN JERÓNIMO, Epístola 114).

CONTO

EL ARTE DE HACER FUEGO

«Tras muchos años de esfuerzo, un inventor descubrió el arte de hacer fuego. Tomó consigo sus instrumentos y se fue a las nevadas regiones del Norte, donde inició a una tribu en el mencionado arte y sus ventajas.

La gente quedó tan encantada con semejante novedad que ni siquiera se le ocurrió dar las gracias al inventor, el cual desapareció de allí un buen día sin que nadie se percatara. Como era uno de esos pocos seres humanos dotados de grandeza de ánimo, no deseaba ser recordado ni que le rindieran honores; lo único que buscaba era la satisfacción de saber que alguien se había beneficiado de su descubrimiento.

La siguiente tribu a la que llegó se mostró tan deseosa de aprender como la primera. Pero sus sacerdotes, celosos de la influencia de aquel extraño, lo asesinaron y, para acallar cualquier sospecha, entronizaron un retrato del Gran Inventor en el altar mayor del templo, creando una liturgia para honrar su nombre y mantener viva su memoria y teniendo gran cuidado de que no se alterara ni se omitiera ni una sola rúbrica de la mencionada liturgia.

Los instrumentos para hacer fuego fueron cuidadosamente guardados en un cofre, y se hizo correr el rumor de que curaban de sus dolencias a todo aquel que pusiera sus manos sobre ellos con fe.

El propio Sumo Sacerdote se encargó de escribir una Vida del Inventor, la cual se convirtió en el Libro Sagrado, que presentaba su amorosa bondad como un ejemplo a imitar por todos, encomiaba sus gloriosas obras y hacía de su naturaleza sobrehumana un artículo de fe.

Los sacerdotes se aseguraban de que el Libro fuera transmitido a las generaciones futuras, mientras ellos se reservaban el poder de interpretar el sentido de sus palabras y el significado de su sagrada vida y muerte, castigando inexorablemente con la muerte o la excomunión a cualquiera que se desviara de la doctrina por ellos establecida. Y la gente, atrapada de lleno en toda una red de deberes religiosos, olvidó por completo el arte de hacer fuego».

Tomado de A, Mello, La oración de la rana

CAMBIAR YO PARA QUE CAMBIE EL MUNDO

El sufí Bayazid dice acerca de sí mismo: De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”.

A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”.

Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida.
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Todo el mundo piensa en cambiar a la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo.

( “El canto del pájaro” de Anthony de Mello)

ANÉCDOTA

HELDER CAMARA

Obispo brasileño, cuenta la siguiente historia.

Un día unos feligreses de mi diócesis vinieron a suplicarme que fuera a su pueblo a celebrar una misa de purificación de su templo, su iglesia parroquial. ¿Por qué?, les pregunté.

Unos ladrones han saqueado nuestra iglesia, han destruido el sagrario, se han llevado los copones y, al largarse, han tirado por el barro de las calles las formas consagradas. Han profanado nuestro templo, le contaron consternados.

Por supuesto que fui y les dije a aquellos católicos indignados: Ustedes están horrorizados porque el cuerpo de Cristo ha sido arrojado al fango. Tienen razón y comprendo su ira, pero no olviden nunca que aquí y en otros muchos lugares de la tierra, el Cuerpo de Cristo es tirado a la basura cuando los más pobres, los más pequeños son machacados y humillados.

He leído muchas pintadas escritas con grandes letras en las fachadas de las iglesias y una me llama la atención: «La iglesia que más alumbra es una iglesia en llamas». Tienen razón, pero en llamas no de odio sino de amor, traducido en servicio a los machacados por la avaricia humana.

Tomado de P. Félix Jiménez

EL TEMPLO DE JERUSALÉN

El templo de Jerusalén no era como nuestras enormes catedrales, porque no estaba pensado para acoger a los fieles, que se mantenían en la explanada exterior. De todas formas, era un edificio impresionante. Según el tratado Middot, medía 50 ms de largo, por 35 de ancho y 50 de alto; para construirlo, ya que era un edificio sagrado, hubo que instruir como albañiles a mil sacerdotes. Comenzado por Herodes el Grande el año 19 a.C., fue consagrado el 10 a.C., pero las obras de embellecimiento no terminaron hasta el 63 d.C. En el año 27 d.C., que es cuando Juan parece datar la escena, se comprende que los judíos digan que ha tardado 46 años en construirse. En tres días es imposible destruirlo y, mucho menos, reconstruirlo.

Tomado de J. L. Sicre

8.000 PERSONAS

Jesús quiso manifestar con un acto profético, que aquella manera de dar culto a Dios no era la correcta. En esos días de fiesta podía haber en el atrio del templo 8.000 personas. Es impensable que un solo hombre con unas cuerdas pudiera arrojar del templo a tanta gente. El templo tenía su propia guardia, que se encargaba de mantener el orden. Además, en una esquina del templo se levantaba la torre Antonia, con una guarnición romana. Los levantamientos contra Roma tenían lugar siempre durante las fiestas. Eran momentos de alerta máxima. Cualquier desorden

Tomado de Fray Marcos

TRES FIESTAS DE PASCUA

El Evangelio de Juan refiere que Jesús celebró tres fiestas de Pascua durante el tiempo de su vida pública: una primera en relación con la purificación del templo (2,13-25); otra con ocasión de la multiplicación de los panes (6,4); y, finalmente, la Pascua de la muerte y resurrección (p. ej. 12,1; 13,1), que se ha convertido en «su» gran Pascua, en la cual se funda la fiesta cristiana, la Pascua de los cristianos. Los Sinópticos han transmitido información solamente de una Pascua: la de la cruz y la resurrección; para Lucas, el camino de Jesús se describe casi como un único subir en peregrinación desde Galilea hasta Jerusalén.

Es ante todo una «subida» en sentido geográfico: el Mar de Galilea está aproximadamente a 200 metros bajo el nivel del mar, mientras que la altura media de Jerusalén es de 760 metros sobre el nivel del mar. Como peldaños de esta subida, cada uno de los Sinópticos nos ha transmitido tres profecías de Jesús sobre su Pasión, aludiendo con ello también a la subida interior, que se va desarrollando a lo largo del camino exterior: el ir caminando hacia el templo como el lugar donde Dios quiso «establecer» su nombre, como se describe en el Libro del Deuteronomio (12,11; 14,23).

La última meta de esta «subida» de Jesús es la entrega de sí mismo en la cruz, una entrega que reemplaza los sacrificios antiguos; es la subida que la Carta a los Hebreos califica como un ascender, no ya a una tienda hecha por mano de hombre, sino al cielo mismo, es decir, a la presencia de Dios (9,24). Esta ascensión hasta la presencia de Dios pasa por la cruz, es la subida hacia el «amor hasta el extremo» (cf. Jn 13,1), que es el verdadero monte de Dios.

Naturalmente, la meta inmediata de la peregrinación de Jesús es Jerusalén, la Ciudad Santa con su templo y la «Pascua de los judíos», como la llama Juan (2,13). Jesús se había puesto en camino junto con los Doce, pero poco a poco se fue uniendo a ellos un grupo creciente de peregrinos; Mateo y Marcos nos dicen que, ya al salir de Jericó, había una «gran muchedumbre» que seguía a Jesús (Mt 20,29; cf. Mc 10,46).

Tomado de Mercaba

KINAH

El término hebreo kinah usado en el Salmo 68 y que se traduce por celo, califica por lo general un ardor interior que la persona experimenta a causa de otra a la que ama apasionadamente, un como fuego o energía que le impulsa a defender, proteger o cuidar con acciones incluso violentas a quien es objeto de su amor. Kinah designa en el caso específico del salmo mencionado un celo religioso, el celo del hombre por Dios y por el lugar en el que Él mora entre los hombres, “la casa de Dios”, que también es celo por el cumplimiento de su Ley (ver Sal 118, 139). Kinah designa en otros momentos también el celo de Dios por su pueblo.

Dios se califica a Sí mismo como «Dios celoso» (Ex 20, 5). Es celoso por el ser humano, a quien creó por sobreabundancia de amor a su imagen y semejanza. Al escuchar “celoso” no hay que pensar en la connotación negativa de los celos, que llevaría a entender las cosas desde una sola interpretación. El mismo diccionario trae otras definiciones de celoso, como lo son por ejemplo: “solícito, diligente, cuidadoso, esmerado, meticuloso, entusiasta, afanoso, ardoroso”. Así hay que entender el celo de Dios por el ser humano. Es así como también hay que entender el celo del Señor Jesús por la casa de su Padre, un celo que lo devora, es decir, su amor al Padre es tan intenso que lo consume interiormente como un fuego incontenible, un fuego que le lleva a purificar la casa de su Padre de todo aquello que lo profana.

Tomado de Misa de domingo en Alforjas de Pastoral

IERON

Es el conjunto del edificio con sus patios, pórticos y sus pavimentos; naos, es el santuario, lugar donde reside la “Presencia divina” llamada en hebreo la “Shekinah” (ver Éxodo 25, 8).

Tomado de Padre Felipe Santos, SDB


ZELOTES / CELOSO.

Del griego zelotes = celante o celoso. Yavé es llamado Dios celoso (Ex 20,3-6); como decir que no admite otro dios ni otra esposa (ver ALIANZA). Celoso se le aplica también a la persona que se interesa por una causa, especialmente por la de Dios; es el caso de Finés (Núm 25, 1-13) y, en sentido mucho más profundo, de Jesús (Jn 2,17). En el año 6 d.C. los romanos depusieron al rey judío y tomaron el poder de Judea; organizaron un nuevo censo de la población, para poder recoger mejor los impuestos. Muchos judíos se pusieron furiosos. Un grupo de ellos comenzó una resistencia más radical: aceptar el dominio del emperador romano y pagarle impuestos va contra la Ley (Mc 12,17); pero no hay que esperar que Dios mande al Mesías salvador; hay que resistir con la fuerza. Los romanos los llamaron bandidos; pero el pueblo los respetaba y los llamaba celosos o zelotes. En la lucha desigual contra los romanos el movimiento fue eliminado. En cuanto a Simón, el Celoso, ver CANANEO.

Gruen-Wolfgang y Tigreros-Luis-E en Clerus.org

SAN FRANCISCO

Fue el invierno de 1205, seguramente entre noviembre y diciembre, cuando un día San Francisco salió a caminar y entró en la iglesia de San Damián que se encontraba en los alrededores de Asís y que estaba en ruinas. Mientras Francisco rezaba delante del crucifijo, tuvo una visión de Cristo crucificado, donde oyó que Jesús le decía: “Francisco, repara mi iglesia. ¿No ves que se derrumba?”.

Tomado de Religión digital

WILLIAM WILBERFORCE

Como un ejemplo de un cristiano que canalizó su ira, quisiera proponer el ejemplo de la vida de William Wilberforce.

Quizás han oído de Wilberforce, el hombre que inspiró el movimiento para abolir la trafica de esclavos. Al primero escuchar del sufrimiento de los esclavos en cruzar la Atlántica, una rabia fuerte llenó su corazón. Sin embargo, no cayó en una tentación común: la auto-justificación.

Wilberforce rechazó explícitamente la tendencia de exaltarse y mirar a los otros. Al introducir legislación contra la esclavitud, dijo: “No quiero acusar a nadie, pero tomar la vergüenza sobre mi mismo…Todos somos culpables. Todos debemos declarar nuestra culpabilidad.”

Para un no-creyente, este lenguaje parece exagerado. Para un cristiano es una declaración sencilla de los hechos.

Tomado de Padre Felipe Bloom

EL SILENCIO

Leemos en el Antiguo Testamento, que cuando los israelitas ofrecían sus sacrificios, en los que sólo se inmolaban toros, corderos y otros animales, admiraba el ver la atención, el silencio y veneración con que asistían a aquellas solemnidades.

Aunque el número de asistentes fuese inmenso y los ministros y sacrificadores llegasen a setecientos, parecía, sin embargo, que el templo estaba vacío; tanto era el cuidado con que cada uno procuraba no hacer el más pequeño ruido.

Pues bien; si tanta era la veneración con que se celebraban estos sacrificios que, al fin, no eran más que una sombra y simple figura del nuestro, ¿con qué respeto, con qué devoción y religioso silencio no debemos asistir a la celebración de la Santa Misa, en que el Cordero sin mancha, el Verbo Divino se inmola por nosotros?

Muy bien lo comprendía San Ambrosio. Cuando celebraba el Santo Sacrificio, según refiere Cesáreo, y concluido el Evangelio, se volvía al pueblo, y después de haber exhortado a los fieles a un recogimiento profundo, les ordenaba que guardasen el más riguroso silencio, y así consiguió que no solamente pusiesen un freno a su lengua, no pronunciando la menor palabra, sino, lo que aún es más admirable, que se abstuviesen de toser y de moverse con ruido.

Estas prescripciones se cumplían con exactitud, y por eso todos los que asistían a la Santa Misa sentíanse como embargados de un santo temor y profundamente conmovidos, de manera que conseguían muchos frutos y aumento de gracia.

(San Leonardo de Porto-Maurizio, El tesoro escondido de la Santa Misa, Editorial ICTION, Buenos Aires, 1980, pp. 74)

LAS RIQUEZAS DE LA IGLESIA

La Iglesia Católica es la institución que más ha contribuido al progreso moral de la humanidad. Ella regeneró al individuo, libertándolo de la esclavitud; regeneró a la mujer, devolviéndole su dignidad; regeneró la familia, exigiendo para ella todos los derechos que le corresponden; regeneró la sociedad, transformando el Estado déspota y tirano en el Estado que recibe su autoridad de Dios y que sólo puede ejercerla en bien de sus súbditos.

La Iglesia Católica es Madre de la civilización occidental. Ella ha inspirado la arquitectura medieval, la pintura del Siglo de Oro, la escultura de todos los tiempos y hasta las grandes obras musicales.

Es imposible enseñar historia, arte o pensamiento prescindiendo de la Iglesia.

La Iglesia fundó los primeros hospitales, asilos y orfanatos de la Historia.

Las primeras escuelas de Europa nacieron a la sombra de los conventos de religiosos, y las universidades más célebres han sido fundadas por Papas. De las cincuenta y dos universidades europeas anteriores anteriores a 1400, cuarenta fueron fundadas por los Papas. Así París, Montpellier, Oxford, Cambridge, Heidelberg, Leiptzig, Colonia, Varsovia, Cracovia, Vilna, Lovaina, Roma, Padua, Bolonia, Pisa, Ferrara, Alcalá, Salamanca, Valladolid, etc.

Europa ha llegado a lo que es por el cristianismo. Si permitimos que se descristianice, se derrumbará. Ya lo dijo Dostoieski: «El occidente ha perdido a Cristo y por eso perecerá».

«Dios no concede a nadie privilegios de validez eterna. Si un pueblo deja de cumplir su voluntad, el Señor llama a otro pueblo y le confía esa misión, dejando que el anterior baje a la tumba que él mismo se cavó» .

Algunos censuran las riquezas de la Iglesia.

Es verdad que el Museo Vaticano vale mucho dinero. Pero eso no se puede vender. Es patrimonio de la humanidad, aunque esté en manos de la Iglesia.

Lo mismo que el gobierno español no puede vender el Museo del Prado para remediar una situación económica ruinosa.

El Museo del Prado es propiedad de todas las generaciones de españoles, no sólo de la nuestra.

Por otra parte la Iglesia contribuye mucho a remediar las necesidades de la humanidad. A parte de lo que hacen privadamente los católicos y las Órdenes Religiosas, el Vaticano, en 1966, dedicó setecientos millones a ayuda humanitaria

Y en el Vaticano hay más de cien organizaciones que se dedican a repartir limosnas a los pobres de todo el mundo.

«En el último ejercicio, el Óbolo de San Pedro ha recogido 52.456.054,37 dólares. Según ha podido saber «Zenit», en 1998, Juan Pablo II destinó 1.720.000 dólares a las poblaciones afectadas por calamidades y para proyectos de promoción cristiana; 1.313.000 dólares para las comunidades indígenas, mestizas, afroamericanas y campesinos pobres de América Latina; 1.800.000 dólares para la lucha contra la desertización y la carencia de agua en el Sahel. La gran mayoría de las ayudas del Papa son cantidades menos consistentes, de miles o cientos de miles de dólares, que no sólo pretenden ofrecer un remedio concreto, sino también estimular la solidaridad y caridad» .

En 1999 el Vaticano dio treinta millones de dólares en ayudas .

Y este mismo año 1999 Caritas Internacional destinó ochenta y dos millones de dólares para auxiliar a las víctimas de sesenta y cuatro situaciones de emergencia en el mundo .

Cáritas Española invirtió en 1998 más de 19.000 millones de pesetas en la lucha contra la pobreza .

Hay quienes dividen a los católicos en «conservadores» y «progresistas».

Esta división es muy simplista. Todos debemos ser, al mismo tiempo, conservadores y progresistas. Debemos conservar la verdad y ser fieles a ella. Pero también debemos progresar en la profundización de su conocimiento.

Si no conservamos bien la verdad, se corrompe; como un alimento mal conservado. Pero también debemos avanzar en su conocimiento.

Lo funesto sería avanzar por un camino equivocado: terminaríamos en el error

P. Jorge Loring

Tomado de Web Católico de Javier

CHISTE

HIPÓCRITAS

Un sacerdote se encuentra en la plaza del pueblo a un joven a cuya familia conoce.

– ¿Cómo es que no vienes nunca por misa?

– Pues la verdad, padre, es que está llena de gente que son unos auténticos hipócritas.

– Bueno, por eso no te preocupes, hijo, ¡siempre hay sitio para uno más!

Tomado de José Luis Rubio (100 chistes con la gracia de Dios)

POEMA

LA IGLESIA QUE YO QUIERO

Quisiera una Iglesia enamorada,

una iglesia sin acartonamiento,

una iglesia que exprese su alegría,

una iglesia que quiere ser fermento.

La Iglesia que yo quiero,

será lo que yo sea,

no pido entonces más

de lo que dar yo pueda.

Yo le ofrezco tan solo mi esperanza,

le ofrezco lo que soy lo que siento,

le ofrezco mis aciertos y fracasos

le ofrezco mi gozo y mi lamento.

La Iglesia que yo quiero,

será lo que yo sea,

no pido entonces más

de lo que dar yo pueda.

Tomado de Radio María

ORACIÓN

No me dejes nunca, Señor, ser mediocre,

ni vivir sin proyecto personal,

ni permitir la injusticia alrededor,

ni aprovecharme de nada ni de nadie,

ni ser negativo en las conversaciones,

ni manipulador en mis acciones.

No me dejes nunca, acomodarme, Señor,

ni vivir indiferente a la vida de la gente,

ni creerme superior a los demás,

ni dejar de intentar un mejor reparto,

ni ocuparme solo de mi familia,

ni dejar de ofrecerme, como tú, a todos.

No permitas, Señor, que te utilice,

ni me crea de los buenos, y creyentes,

ni me duerma nunca en los laureles,

ni descanse hasta que el mundo

esté mejor,

ni deje de construir una Iglesia nueva.

Purifícame, Señor, aquí me tienes…

Dabar

«Espíritu Divino, renueva tus maravillas en esta nuestra era como si fuera un nuevo Pentecostés, y concede que tu Iglesia, orando perseverantemente e insistentemente con un solo corazón y mente junto con María, la Madre de Jesús, y guiados por Pedro, promueva el reinado del Divino Salvador, el reino de justicia, de amor y de paz».

(Juan XXIII, al invocar el Concilio Vaticano II).

MEDITACIÓN

JESÚS DESALOJA EL TEMPLO

No se trata de una mera crónica, sino de una advertencia: si no se anda con cuidado, pronto se cae en el peligro de tergiversar la religión. Y tergiversarla es:

-vivirla al margen de toda implicación social y política;

-vivirla sólo de vez en cuando;

-acudir a ella sólo en los momentos de necesidad;

-emplearla para (supuestamente) dar culto a Dios y desentendernos del prójimo y sus problemas;

-refugiarnos en ella huyendo del «mundo»;

-hacer negocio a costa de ella;

-cambiar el servicio de Jesús lavando los pies en la última cena por el boato, la solemnidad y la parafernalia de ciertas ceremonias;

-emplearla como baremo para dividir y clasificar en «los nuestros» y «los otros» (y mirar como a inferiores a los que no son de los nuestros);

-usarla para controlar y dominar pueblos y/o personas;

-imponerla por la fuerza;

-valernos de ella para sentirnos superiores en lugar de ser más servidores;

-tomarla como un «seguro» en lugar de una apuesta en favor de la vida.

Y aún hay muchos otras formas de tergiversación. Hoy también hay, pues, mucha corrupción en nuestra forma de vivir la fe, y por eso necesitan de un buen «barrido»; acaso incluso necesiten un «desalojo a latigazos».

L. Gracieta Dabar 1991/16

REPROCHES

Me llamas Señor, y no me obedeces.

Me llamas Luz, y no me ves.

Me llamas el Camino, y no me sigues.

Me llamas la Vida, y no me deseas.

Me llamas Sabio, y no me escuchas.

Me llamas Rico, y no me pides.

Me llamas Amigo, y en Mí no confías.

Me llamas Rey, y no me sirves.

Me llamas Bondadoso, y me temes.

Me llamas Maestro, y no me preguntas.

Me llamas la Verdad, y no me crees.

Me llamas el Amor, y no te dejas amar.

Me llamas Médico, y no permites que te cure.

Me llamas Puerta, y te quedas fuera.

Me llamas el Todo, y no tiene un espacio para Mí.

Me llamas el Buen Pastor, y huyes de mí.

Me llamas el Único, y vives como si no existiera.

Me llamas Dios, y no me amas ni temes.

Y… si te condenas, no ME CULPES.

Web católico de Javier

CANTO

Sueño una Iglesia Grupo Ixcís

Reconstruye – Jésed

El cuerpo de Cristo HERMANA GLENDA

VIDEO

33 EL MUSICAL ♫ Los Mercaderes del Templo

Delegación para el Clero de Santiago de Compostela