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Gabriele Kuby: «Los enemigos del cristianismo han alcanzado el puesto de mando en todos los ámbitos»

«La agenda es homogénea», señala la autora de «La Revolución Sexual Global»

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Gabriele Kuby es la autora del best seller mundial La Revolución Sexual Global. La socióloga, ex-marxista alabada por Benedicto XVI como “guerrera impávida”, está de nuevo en las estanterías de las librerías italianas con En política como cristianos, un ensayo que, como resalta el título, es una hoja de ruta para los católicos comprometidos en las instituciones. Texto muy estimulante, lleno de ideas. Giuliano Guzzo ha entrevistado a la autora en Il Timone:

-Profesora Kuby, en su libro, siguiendo la estela de Tocqueville, usted afirma que sin base cristiana la democracia se resquebraja. Por consiguiente, ¿tenía razón su compatriota, el constitucionalista Böckenförde, cuando advertía que “el Estado progresista y secularizado vive de supuestos que, por sí mismo, no puede garantizar”?

-Esta frase de Böckenförde da en el blanco. Hoy estamos convencidos de que la democracia es la mejor forma de gobierno. Pensamos que a través de nuestros representantes la mayoría puede decidir los principios, los valores y las leyes según las cuales debe vivir y funcionar nuestra sociedad. Nos parece que este modelo es la máxima expresión de libertad.

»El ser humano es la única criatura dotada de libre albedrío y, por tanto, puede llevar a cabo tanto el bien como el mal. Si la mayoría puede decidir, en el papel de elector o de político, deberían existir criterios morales fundamentales que orienten a elegir el bien. Educar a la humanidad a estos valores y custodiarlos era tarea de la Iglesia que, mediante el anuncio constante del Evangelio, creó las condiciones para el extraordinario florecer de la alta cultura europea.

»A través de la Biblia y su lenguaje, el arte figurativo, la música y la arquitectura vinculados a lo sagrado, la gente entraba en contacto con la Belleza, la Bondad y la Verdad, y quedaba plasmada por ellas. Actualmente, la Iglesia atraviesa una profunda crisis. Y con ella, toda la sociedad.

»La humanidad es modelada por la basura que, a través de los medios de comunicación, invade los hogares y, desde los móviles inteligentes, el corazón de los niños. La generación abandonada, ¿tendrá la fuerza de defender la libertad ante un Estado cada vez más invasivo?

-¿Por qué, en su opinión, los cristianos “han ejercido hasta ahora, de manera totalmente insuficiente, su responsabilidad en la construcción de la sociedad”? ¿Por desinterés o por falta de valentía?

-Hasta hace poco tiempo, la mayoría de la población esta formaba por cristianos bautizados. Los cristianos se sentían seguros dentro de las estructuras eclesiales. Ahora, estas seguridades se están acabando y debemos reconocer que los enemigos del cristianismo, mediante una “larga marcha a través de las instituciones”, meticulosamente planificada desde arriba, han alcanzado los puestos de mando en todos los ámbitos sociales con el objetivo de poner en marcha su agenda de matriz neomarxista.

»La política se ha convertido en un gigantesco aparato que manipula y en el que los medios de comunicación tienen un papel fundamental. Estos se han convertido en instrumento de las estructuras de poder que, por medio de métodos de manipulación muy sofisticados, influyen y dirigen la opinión pública.

»Cualquier fuerza que se atreva a cuestionar la coalición izquierdas-verdes (en la que, mientras tanto, han entrado a formar parte los llamados partidos cristianodemócratas), es rápidamente demonizada tanto a nivel nacional como internacional.

»A esto hay que añadir la grave amenaza a la libertad que supone el poder de los gigantes de internet. Surge la pregunta: ¿por qué todos empujan en la misma dirección? La agenda es homogénea: contra la familia y a favor del matrimonio homosexual, la teoría transgénero, el aborto, la educación colectivizada de los niños desde la primera infancia. En una palabra: contra toda visión cristiana.

-En un determinado momento, usted escribe que “las cosas están cambiando” porque cada vez más cristianos se están movilizando impulsados por la decadencia que los rodea. En este sentido, ¿qué señales de despertar ve en Europa?

-Existen numerosos grupos de cristianos comprometidos, que luchan de manera cada vez más interconectada en aras de los valores cristianos. Estoy convencida de que debemos llevar adelante esta batalla, sin preocuparnos si tendremos éxito o no. Nos encontramos en la misma situación de David contra Goliat. Él no luchó por sí mismo, sino por su pueblo, con la conciencia de que “es la batalla del Señor”.

»Hay que decir la verdad, a tiempo y a destiempo. Y esto exige cada vez más sacrificios. Si te atreves a afirmar que un hombre que se identifica como mujer sigue siendo biológicamente un hombre, se te acusa de inmediato de discurso de odio y se pone en peligro toda tu existencia profesional y social.

»Parece que la humanidad ha sido atacada por un virus que niega la verdad. Es la consecuencia de dar carácter de absoluto a la libertad. Queremos ser como Dios. Esta presunción lleva inevitablemente, por citar a C. S. Lewis, a la “abolición del hombre”.

»Mi impresión es que nos encontramos ante una gran encrucijada: o nos dejamos arrastrar por la corriente dominante, la corriente del pensamiento único, o nos decidimos por Jesucristo y nos dejamos transformar y guiar por Él. Parece que se está delineando una nueva forma de discipulado. Hoy, estos discípulos están marginados, pero mientras tanto se están cualificando para futuras responsabilidades como guías.

– En In politica da cristiani usted cita en más de una ocasión a Benedicto XVI que, como es bien sabido, siente gran estima por usted. ¿Cuál es la enseñanza principal que ha dejado el Papa emérito, su compatriota, a los cristianos activos en política?

-El Papa Benedicto XVI afirma que son las “minorías creativas” las que determinan el futuro. Mientras tanto, la Iglesia católica en general se ha convertido en una minoría tal que está muy debilitada en Occidente. Incluso dentro de la propia Iglesia, solo una pequeña minoría sigue anclada a la Verdad evangélica por entero.

Benedicto XVI y Gabriele Kuby, en un encuentro en el monasterio Mater Ecclesiase del Vaticano, al que Gabriele acudió el 27 de febrero de 2014 junto con su hija Sophia.

»A este respecto, durante un coloquio personal, Benedicto XVI me dijo: “El hombre debe ser tocado en la profundidad de su corazón por la Verdad. Su implicación debe surgir desde dentro, debe ser un convencimiento profundo, hasta el punto de no poder hacer otra cosa más que comprometerse con ella”.

-Volviendo a su libro, en referencia a los cristianos usted escribe: “Nuestra tarea consiste en hacer resplandecer la luz de la esperanza en cualquier circunstancia”. Un énfasis hermosísimo, pero ¿cómo se puede hacer “resplandecer la luz de la esperanza” en este momento de pandemia y de empobrecimiento material y de valores?

-No tenemos más esperanza que Jesucristo. Esta esperanza es indestructible. ¿Cómo puede surgir el mundo nuevo, del que habla la Virgen en sus apariciones, sin transformar el viejo? El Señor nos ha dicho que el final de los tiempos estará precedido por grandes cambios. Lo predijo para que no nos sintiéramos confusos ante la Providencia y Su victoria segura.

»Solo tengo una respuesta ante la incertidumbre existencial que estamos atravesando: intensificar la vida de oración. Pongamos en orden nuestra vida, perdonémonos, reconciliémonos, reforcemos nuestros vínculos familiares, alimentémonos de la Palabra de Dios para que nos fortalezca.

»El Señor nos dice: “Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación” (Lc 21,28).

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