En oración, ¿qué es un ramillete espiritual y cómo preparar uno realmente hermoso?

Como en un ramo de flores, uno elige distintas flores de oración y las suma

El semanario católico mexicano DesdeLaFe ha recordado lo que es, en oración, un “ramillete espiritual”. Igual que en un ramo de flores juntamos flores distintas, de diversos colores, aromas y aspectos, en un ramillete espiritual lo que se junta -como regalo para Dios- es un ramo de oraciones, que han de ser de distintos estilos.

Uno puede hacer un ramillete espiritual como oración de intercesión, pidiendo por la salud de un enfermo, o por las intenciones del Papa, o por cualquier otra motivación concreta.

Varios santos de la Iglesia hacían este tipo de ramilletes, como, por ejemplo, santa Faustina Kowalska. Cuando los Ramilletes son colectivos, tienen el valor adicional que está señalado en el Evangelio de Mateo (18, 20) “donde dos o más personas se reúnen en mi nombre, yo estoy en medio de ellos”.

Igual que los ramos de flores físicas suelen ir acompañados de una tarjeta escrita con un mensaje cariñoso, es bueno que quien rece un ramillete espiritual ponga por escrito su petición, su anhelo, un mensaje dirigido a Dios de amor e intimidad. No es nada malo poner por escrito la lista de oraciones que se han elegido, igual que a los enamorados les gusta hablar de por qué elegiste estas flores, o estas otras… ¿Por qué tanto rojo, por qué tanto azul?

¿Qué oraciones se pueden incluir en un ramillete espiritual? El artículo en DesdelaFe da varias ideas:

1. Misa

Cada Misa que asistas, ofrécela por la intención. Si asisten varios miembros de la familia y cada persona ofrece la misa por la intención del ramillete, se puede considerar cada ofrecimiento como una “flor”.

2. Comuniones Espirituales

Es el deseo de recibir a Jesús en la Comunión Espiritualmente, ante la imposibilidad de hacerlo sacramentalmente. Si se ha comulgado sacramentalmente, la comunión espiritual también es valiosa, sirve para disponernos a recibirlo o agradecerle por haberle recibido.

3. Visitas al Santísimo

Es pasar a la capilla o templo y hacer un momento de oración, siempre y cuando esté el Santísimo en el Sagrario.

4. Rosarios

Si se reza el rosario en familia cada persona que lo ofrezcan será como una “flor” del ramo. El Rosario consta de 20 misterios de los cuales se pueden rezar 5 misterios cada día, el ofrecimiento cuenta por día.

5. Ofrecer un sacrificio

Algo que nos es difícil de hacer o de aceptar podemos entregarlo a Dios con amor: eso lo convierte en oración, y Dios sabe como transformarlo en más amor y bien.

6. Ayuno

En sentido estricto, consiste en hacer una sola comida al día. Sin embargo, también puede significar dejar de fumar, dejar de tomar alcohol, o algo que en especial te agrade. Se hace como gesto de amor, para expresarle a Dios nuestra cercanía. El ayuno se puede incorporar así en un ramillete.

7. Oraciones personales o en familia

Son todas las oraciones, espontáneas o preparadas, en las que nos dirigimos a Dios.

8. Jaculatorias

Son frases breves de amor y oración que se pueden repetir como un suspiro, pero sentido y querido. Pueden ser de adoración, alabanza, agradecimiento… A veces vienen de la liturgia, o de la Biblia, o de frases de santos. “Señor, tú lo sabes todo, sabes que te amo”, o “Mi Dios y mi todo”, o “Crea en mí, oh Dios, un corazón puro”, o “Para Dios toda la gloria”, o “Tú eres, Señor, mi fortaleza”, o el trisagio: “Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten piedad de nosotros”.

9. Un servicio de amor o evangelizador

Podemos añadir a nuestro ramillete un servicio que hacemos a alguien de nuestro entorno, beneficioso o evangelizador.

10. Leer la Biblia

Podemos ofrecer un rato de lectura orante de la Palabra de Dios como parte de nuestro ramillete.

11. Horas de nuestro trabajo

Para que el trabajo se convierta en oración hay que ser muy concreto y deliberado. Es bueno decir en voz alta o escribir: “Señor te ofrezco mi trabajo de este día por tal intención, como parte del ramillete”.

Como dicen los refranes populares, “la variedad, place a la voluntad” y “variedad, es causa de amenidad”. La gracia del ramillete está en su variedad, en los distintos estilos de regalos en oración que entregamos a Dios. Es una forma creativa y generosa de orar, que ayuda a la constancia por su diversidad.

¡Cuaresma puede ser un buen momento para empezar!

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