El Papa a la Rota Romana: ¡Ante todo pastores!

El Papa ha explicado que “la dimensión jurídica y la dimensión pastoral del ministerio eclesial no están en contraposición, porque ambas contribuyen a la realización de la finilidad y de la unidad de acciones propias de la Iglesia”


Lo ha hecho esta mañana, en su primer encuentro con los prelados auditores, los oficiales y los abogados del Tribunal de la Rota Romana con ocasión de la solemne inauguración de la Año judicial. Una momento, tal y como ha afirmado Francisco, para “agradeceros por vuestro preciosos servicio eclesial. Mi reconocimiento va en particular a vosotros, jueces rotales, que estáis llamados a desarrollar vuestra delicada obra en nombre y por mandato del Sucesor de Pedro”. Asimismo recuerda que la actividad jurídica eclesial, que se configura como servicio a la verdad en la justicia, tiene de hecho una connotación profundamente pastoral, porque va hacia la búsqueda del bien de los fieles y a la edificación de la comunidad cristiana. Del  mismo modo, ha señalado que esta actividad es un desarrollo peculiar de la potestad de gobierno, dirigida a la atención espiritual del pueblo de Dios, y por lo tanto, se inserta plenamente en el camino y en la misión de la Iglesia.

Francisco ha querido esbozar en su discurso un perfil del juez eclesiástico. Sobre todo, ha indicado, el perfil humano: “al juez se le pide la madurez humana que se expresa en la serenidad del juicio y en el desapego de puntos de vistas personales”. Forma parte también de la madurez humana, ha recordado, “la capacidad de sumergirse en la mentalidad y en las aspiraciones legítimas de la comunidad en la que se desarrolla en servicio”. Del mismo modo “no se contentará con un conocimiento superficial de la realidad de las personas que esperan su juicio, sino que advertirá la necesidad de entrar en profundidad en la situación de las partes en causa, estudiando a fondo los actos y todos los elementos útiles para el juicio”.

El segundo aspecto del que ha hablado Francisco es del judicial. “Además de los requisitos de doctrina jurídica y teológica, en el ejercicio de su ministerio, el juez se caracteriza por su experiencia en el derecho, la objetividad de juicio y la equidad, juzgando con imperturbable e imparcial equidistancia”. Y su actividad está guiada por la necesidad de “proteger la verdad, el respeto de la ley, sin olvidar la delicadeza y humanidad propias del pastor de almas”, ha indicado.

El tercer y último aspecto que ha expuesto es el pastoral. Francisco ha afirmado que “al juez se le pide no solamente demostrada competencia, sino también espíritu de servicio genuino”. Servidores de la justicia, así les ha definido, matizando que están llamados a “tratar y juzgar la condiciones de los fieles que con confianza se dirigen a él, imitando al Buen Pastor que cuida de la oveja herida”.

Francisco ha subrayado que por esto, el juez está “animado por la caridad pastoral, esa caridad que Dios ha derramado en nuestros corazones mediante el Espíritu Santo que se nos ha dado”.

Finalmente les ha indicado a los jueces y trabajadores del Tribunal de la Rota Romana, que su ministerio “vivido en la alegría y en la serenidad que vienen de trabajar allí donde el Señor nos ha puesto, es un servicio peculiar a Dios Amor, que está cerca de toda persona. Sois esencialmente pastores. Mientras desarrolláis el trabajo judicial, ¡no olvidéis que sois pastores!”. Y ha concluido recordando que “detrás de cada práctica, cada posición, cada causa, hay personas que esperan justicia”.