El ambientalismo, ideología que va más allá de la naturaleza: una mezcla de paganismo y socialismo

El rodillo ideológico se va imponiendo rápidamente en la sociedad occidental

Ecologismo radical, animalismo o veganismo son algunas de las corrientes que se están expandiendo por un mundo cada vez más inestable y que en la práctica se han convertido en pseudorreligiones amparadas por la fuerza de la corrección política. Y todo el que ose contradecir estas tesis, incluso desde el fundamento científico, se enfrenta al ostracismo y al vacío social.

Greta Thunberg y su causa ecologista es el claro ejemplo de cómo una teoría de este tipo va ganando espacio aupada por los poderosos. Y esto está teniendo otro tipo de consecuencias. Este discurso oficial y hegemónico se ha traducido el pasado fin de semana en un gran resultado electoral de los llamados “verdes” haciéndose con las alcaldías de ciudades tan importantes como Lyon, Estrasburgo o Burdeos.

“Conquistados” por esta ideología

Para explicar este fenómeno verde que avanza como un rodillo Famille Chretienne ha consultado al prestigioso geógrafo Jean-Robert Pitte, durante años presidente de la Universidad París-Sorbona (París IV) y miembro de la Academia francesa de Ciencias Morales y Políticas.

En su opinión, “los franceses, como la mayoría de los habitantes del planeta, son conquistados por el ecologismo. Esto, al contrario de lo que proclaman sus seguidores, no se basa en certezas científicas, sino en ideología, un cóctel que proviene del pensamiento mágico y el reciclaje de algunas ideas antiliberales del socialismo”.

Cuidar la creación como obra llevada a cabo por Dios, que es a lo que están llamados los católicos, es un punto, pero otro muy distinto es el ecologismo como ideología extrema y pseudoreligión.

Neomalthusianismo y visión catastrófica del mundo

Este ambientalismo extremo que tanta popularidad mediática y política tiene ahora mismo considera, según Pitte, “el sentimiento de que la humanidad no tiene derechos sobre el medio ambiente y que los reinos de minerales, plantas y animales deben ser respetado y no administrados de manera inteligente al servicio de los hombres”.

Además, estas ideologías viven, en su opinión, de “un pesimismo fundamental sobre el futuro de la humanidad en la tierra, un neomalthusianismo y una visión catastrofista de las realidades terrenales muy alejadas de las realidades geográficas observables y la historia del medio ambiente”.

Hace unos meses se refería a este mismo asunto el arzobispo de Sidney, el dominico Anthony Fisher, que arrojó luz sobre algunos conceptos en torno al actual ambientalismo, encarnado en estos momentos por el “discurso apocalíptico” de la adolescente Greta Thunberg.

“Es casi trivial observar que este ambientalismo se ha convertido para algunos que han abandonado la fe tradicional en un sustituto de la misma. Michael Crichton, autor de Jurassic Park, de La amenaza de  Andrómeda y de otros clásicos,  antes de morir, se refirió al ecologismo como ‘la religión preferida por los ateos urbanos’, una religión que ‘reinterpreta’ las creencias judeocristianas de una nueva manera”, explicaba el arzobispo en su homilía.

“Un celo cuasirreligioso”

De hecho, asegura que “los partidarios de esta fe demuestran un dogmatismo y un celo cuasirreligioso, tienen sus sacerdotes y sacerdotisas, sus credos e incluso rituales”.

De este modo, el prelado australiano indicaba con claridad que “así quienes se dejan llevar por las modas confiesan ahora varias ‘ecoteologías’ y ‘espiritualidades de la creación’: siempre románticas, apocalípticas o ambas a la vez; a menudo eclécticas, a veces coqueteadoras con un animismo precristiano o con el panteísmo postcristiano”.

“El vínculo inextricable entre el amor del Creador y el amor de Su creación significa una toma de conciencia  cristiana muy particular del cuidado pastoral. Donde otros buscan soluciones políticas, financieras o tecnológicas a nuestros problemas mundiales, la Iglesia propone una conversión moral y espiritual antes de cualquier acción de este tipo. Como San Pablo lo pone muy bien hoy: somos uno con toda la creación; nosotros también gemimos internamente mientras esperamos nuestra glorificación corporal y la de todo el cosmos. Esta es nuestra esperanza cristiana”, concluyó monseñor Fisher su homilía en el Seminario Redemptoris Mater de Sidney.

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