
CITA
«Amar es morir»
Ben burro é o que padece por culpas que outro merece
“En el triunfo te humillaste y en la humillación triunfaste”
S.Son
Séneca, «No ha producido la tierra peor planta que la ingratitud».
Orígenes, «El Hijo unigénito de Dios, Palabra y Sabiduría del Padre, que estaba junto a Dios en la gloria que había antes de la existencia del mundo, se humilló y, tomando la forma de esclavo, se hizo obediente hasta la muerte, con el fin de enseñar la obediencia a quienes sólo con ella podían alcanzar la salvación» (De principiis 3,5,6).
San Cipriano, « El inocente, el justo, o mejor dicho, la misma inocencia y la misma justicia, oprimida por testimonios falsos; juzgado el que ha de juzgar, y la Palabra de Dios llevada al sacrificio sin despegar los labios… » (Del bien de la paciencia, 7).
La humildad es la primera gracia que trajo Jesús al entrar en el mundo ()
San Atanasio, «esta expresión “le exaltó” no pretende significar que haya sido exaltada la naturaleza del Verbo (…). Términos como “humillado” y “exaltado” se refieren únicamente a la dimensión humana. Efectivamente, sólo lo que es humilde es susceptible de ser ensalzado» (Contra Arianos 1,41).
San Ambrosio « Ha querido mostrar su realeza más que afirmarla, para que no tuvieran motivo para condenarle pues la acusación misma era una falsedad» (Expositio Evangelii secundum Lucam, ad loc.).
«El Señor concede siempre más de lo que se le pide: el ladrón sólo pedía que se acordase de él; pero el Señor le dice: En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Expositio Evangelii secundum Lucam, ad loc.).
S. Basilio, «Aprende por qué conviene recibir el Cuerpo de Jesucristo en memoria de la obediencia de Jesucristo hasta la muerte: para que los que viven, no vivan más de sí mismos, sino de la vida de Aquel que por ellos murió y resucitó»
S. Gregorio de Nisa, «¿Qué hay de más humilde en el Rey de los seres que el entrar en comunión con nuestra pobre naturaleza? » (De beatitudinibus 1).
San Juan Crisóstomo Decía de la Semana Santa “En ella se han verificado para nosotros dones inefables: se ha concluido la guerra, se ha extinguido la muerte, se ha cancelado la maldición, se ha removido toda barrera, se ha suprimido la esclavitud del pecado. En ella el Dios de la paz ha pacificado toda realidad, sea en el cielo sea en la tierra”.
«Entre los hombres, a la confesión sigue el castigo; ante Dios, en cambio, a la confesión sigue la salvación» (De Cruce et latrone).
San Jerónimo subrayando la docilidad del discípulo, ve cumplidas en Cristo estas palabras: «Esa disciplina y estudio le abrieron sus oídos para transmitirnos la ciencia del Padre. Él no le contradijo sino que se hizo obediente hasta la muerte y muerte de Cruz, de forma que puso su cuerpo, sus espaldas, a los golpes; y los latigazos hirieron ese divino pecho y sus mejillas no se apartaron de las bofetadas» (Commentarii in Isaiam 50,4)
S. Agustín, “No hay camino más excelente que el del amor, pero por él sólo pueden transitar los humildes”.
«Nuestra fortaleza estriba en conocer nuestra debilidad y confesar con humildad nuestra flaqueza». (De gratia Christi, c. XII)
Así pues, si no hubiera querido padecer, no habría padecido, aquella sangre no habría sido derramada; si aquella sangre no hubiera sido derramada, el mundo no habría sido redimido. Demos, pues, gracias tanto al poder de su divinidad, como a la misericordia de su debilidad. 9-10: CCL 36, 336-338
«Al afirmar que se anonadó no indicamos otra cosa sino que tomó la condición de siervo, no que perdiera la divina. Permaneció inmutable la naturaleza en la que, existiendo en condición divina, es igual al Padre, y asumió la nuestra mudable, en la cual nació de la Virgen» (Contra Faustum 3,6).
¡Oh Cristo, Hijo de Dios, que no padecerías si no quisieras, muéstranos el fruto de tu Pasión!”. (San Agustín, Sobre el Salmo 22)
San Benito El segundo grado de humildad consiste en que uno, al no amar su propia voluntad, no se complace en satisfacer sus deseos, sino que responde con hechos a la voluntad de Dios ()
S. Andrés de Creta, « Corramos a una con quien se apresura a su pasión, e imitemos a quienes salieron a su encuentro. Y no para extender por el suelo, a su paso, ramos de olivo, vestiduras o palmas, sino para prosternarnos nosotros mismos, con la disposición más humillada de que seamos capaces y con el más limpio propósito, de manera que acojamos al Verbo que viene, y así logremos captar a aquel Dios que nunca puede ser totalmente captado por nosotros. (…)» (Sermo 9 de Dominica in Palmis).
San Esteban, Rey de Hungría Hijo mío, que no te ensoberbezca la prosperidad ni te desanime la adversidad. Sé humilde, para que Dios te ensalce, ahora y en el futuro. ()
San Bernardo: “¡Qué diferentes voces eran; quita, quita, crucifícale y bendito sea el que viene en nombre del Señor, hosanna en las alturas! ¡Qué diferentes voces son llamarle ahora Rey de Israel, y de ahí a pocos días: no tenemos más rey que el César! ¡Qué diferentes son los ramos verdes y la cruz, las flores y las espinas!” Sermón en el Domingo de Ramos, 2, 4.
La humildad es la virtud mediante la cual el hombre se desprecia a causa del claro conocimiento que tiene de sí mismo ()
San Francisco de Asís Sometió su voluntad a la del Padre. Y la voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, a quien entregó por nosotros y que nació por nosotros, se ofreciese a sí mismo como sacrificio y víctima en el ara de la cruz, con su propia sangre, no por sí mismo, por quien han sido hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Y quiere que todos nos salvemos por Él y lo recibamos con puro corazón y cuerpo casto» (Carta a todos los fieles 2,10-15).
«Me sé de memoria a Jesucristo crucificado».
«Es muriendo como se resucita»
«Alabado seas, oh Señor, por aquellos que perdonan por tu amor».
Santo Tomás de Aquino, La humildad es la virtud que regula la tendencia del hombre a exaltarse por encima de su propia realidad. Consiste, ante todo, en reconocer a Dios como Dios y Señor, y al hombre como criatura y siervo ()
San Buenaventura No le aprovechará el conocimiento… sin humildad ()
Santa Catalina de Siena “La humildad procede del conocimiento que tiene el alma de sí misma ()
Santo Tomás Moro Después de ver de cuántas maneras mostró Dios su misericordia con Judas, que de Apóstol había pasado a traidor, al ver con cuánta frecuencia le invitó al perdón, y no permitió que pereciera sino porque él mismo quiso desesperar, no hay razón alguna en esta vida para que nadie, aunque sea como Judas, haya de desesperar del perdón» (La agonía de Cristo, ad loc.).
San Estanislao De Kostka Para conseguir humildad es necesario tener gran deseo de ella, y ejercitarla ()
Ignacio de Loyola, La tercera manera es humildad perfectísima, y es que, incluyendo la primera y la segunda, y por imitar y parecerme más a Cristo nuestro Señor, quiero y elijo más pobreza, con Cristo pobre, que riqueza; oprobios, con Cristo lleno de ellos, que honores; y desear más ser estimado por vano y loco por Cristo, que por sabio ni prudente en este mundo ()
Santa Teresa de Jesús: «Considero yo muchas veces, Cristo mío, cuán sabrosos y cuán deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama, y Vos, bien mío, queréis mirar con amor. Paréceme que una sola vez de este mirar tan suave a las almas que tenéis por vuestras, basta por premio de muchos años de servicio» (Exclamaciones 14).
San Juan de la Cruz Humilde es el que se esconde en su propia nada y se sabe dejar en Dios ()
Sta. Rosa de Lima, Fuera de la Cruz no hay otra escala por donde subir al cielo
San Roberto Belarmino «Amén, yo te aseguro», esto es, yo te aseguro del modo más solemne que puedo sin hacer un juramento
San Francisco de Sales, La primera es la humildad de este animal; la segunda su paciencia y la tercera, que se dejó montar…No fue casualidad que la burra ya hubiese llevado carga y que el pollino nunca hubiera llevado peso; es porque Dios había cargado ya al pueblo judío con su Ley mientras que los gentiles nunca la habían recibido; venía pues el Señor a imponer su yugo, esa es la razón de haber montado un pollino… Sermón (20-03-1622): Triple significado del pollino
San José de Calasanz No es humilde quien no desea ser despreciado ()
San Juan Maria Vianney Cuanto más humildes, mayor será el bien que haréis ()
San Antonio María Claret En esto consiste la humildad: en conocer que soy nada, que nada puedo sino pecar, que estoy pendiente de Dios en todo, y estoy contentísimo de Dios ()
San Juan Bosco La humildad es la fuente de toda tranquilidad ()
Santa Teresita del Niño Jesús La humildad consiste no sólo en decir y pensar que estáis llenas de defectos, sino en gozaros de que lo piensen y digan los demás ()
San Josemaría Escriva de Balaguer, ¿Estás sufriendo una gran tribulación? — ¿Tienes contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y viril: “Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. — Amén. —Amén.” Yo te aseguro que alcanzarás la paz (Camino, n. 691).
Con todo, el triunfo de Jesús es un triunfo sencillo, se contenta con un pobre animal, por trono. No sé a vosotros; pero a mí no me humilla reconocerme, a los ojos del Señor, como un jumento: como un borriquito soy yo delante de ti; pero estaré siempre a tu lado, porque tú me has tomado de tu diestra (Sal 72, 2324), tú me llevas por el ronzal. Es Cristo que pasa, 181.
«Un hombre, un… caballero transigente, volvería a condenar a muerte a Jesús» Camino, n. 393).
«Entre las gentes que contemplan el paso del Señor, hay unas cuantas mujeres que no pueden contener su compasión y prorrumpen en lágrimas. (…) Pero el Señor quiere enderezar ese llanto hacia un motivo más sobrenatural, y las invita a llorar por los pecados. (…) Tus pecados, los míos, los de todos los hombres, se ponen en pie. Todo el mal que hemos hecho y el bien que hemos dejado de hacer. El panorama desolador de los delitos e infamias sin cuento, que habríamos cometido, si Él, Jesús, no nos hubiera confortado con la luz de su mirada amabilísima. —¡Qué poco es una vida para reparar!» (Via Crucis 8)
Concilio Vaticano II: peregrino santísimo, «unido, en cierto modo, con todo hombre» (Gaudium et spes, 22).
«Con su sangre derramada libremente, nos ha merecido la vida, y en Él, Dios nos ha reconciliado consigo mismo y entre nosotros. (…) Nos ha abierto el camino; en tanto lo recorremos, la vida y la muerte son santificadas y adquieren un nuevo significado» (Gaudium et spes, n. 22).
Catecismo, 559 ¿Cómo va a acoger Jerusalén a su Mesías? Jesús rehuyó siempre las tentativas populares de hacerle rey (cf. Jn 6, 15), pero elige el momento y prepara los detalles de su entrada mesiánica en la ciudad de «David, su Padre» (Lc 1,32; cf. Mt 21, 1-11). Es aclamado como hijo de David, el que trae la salvación («Hosanna» quiere decir «¡sálvanos!», «Danos la salvación!»). Pues bien, el «Rey de la Gloria» (Sal 24, 7-10) entra en su ciudad «montado en un asno» (Za 9, 9): no conquista a la hija de Sión, figura de su Iglesia, ni por la astucia ni por la violencia, sino por la humildad que da testimonio de la Verdad (cf. Jn 18, 37). Por eso los súbditos de su Reino, aquel día fueron los niños (cf. Mt 21, 15-16; Sal 8, 3) y los «pobres de Dios», que le aclamaban como los ángeles lo anunciaron a los pastores (cf. Lc 19, 38; 2, 14). Su aclamación «Bendito el que viene en el nombre del Señor» (Sal 118, 26), ha sido recogida por la Iglesia en el «Sanctus» de la liturgia eucarística para introducir al memorial de la Pascua del Señor.
560 «La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del reino, que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la Pascua de su Muerte y de su Resurrección…» ().
Juan Pablo I: Cuando me hacen un cumplido, tengo necesidad de compararme con el jumento que llevaba a Cristo el día de ramos. Y me digo: ¡Cómo se habrían reído del burro si, al escuchar los aplausos de la muchedumbre, se hubiese ensoberbecido y hubiese comenzado -asno como era- a dar las gracias a diestra y siniestra…! ¡No vayas tú a hacer un ridículo semejante…! («Ilustrísimos Señores», p. 59)
San Juan Pablo II “Los hombres pueden obtener, gracias a la cruz de Cristo, el perdón de todas las culpas y también de toda una vida malvada; que pueden obtenerlo también en el último instante, si se rinden a la gracia del Redentor que los convierte y salva”. Audiencia General (16-11-1988)
Aquel ladrón nos representa a todos. Su rápida aventura nos enseña que el Reino predicado por Jesús no es difícil de alcanzar para cada uno que lo invoque. Meditación (29-03-2002)
La palma del triunfo y la cruz de la Pasión: no es un contrasentido; es, más bien, el centro del misterio que queremos proclamar. (08-04-2001).
«Os confío la cruz de Cristo. Llevadla por el mundo como señal del amor de nuestro Señor Jesucristo a la humanidad, y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado está la salvación y la redención» (Clausura del Año jubilar de la Redención, 22 de abril de 1984: L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 29 de abril de 1984, p. 12).
«El perdón atestigua que en el mundo está presente el amor más fuerte que el pecado. El perdón es además la condición fundamental de la reconciliación, no sólo en la relación de Dios con el hombre, sino también en las recíprocas relaciones entre los hombres» (Dives in misericordia, n. 14).
Benedicto XVI La comunión con Dios, estar-con-Dios. Esta es la verdadera meta, y la comunión con él es el camino. 28 de marzo de 2010.
Aprendamos a ser intransigentes con el pecado —¡comenzando por el nuestro!— e indulgentes con las personas. 21 de marzo de 2010.
«No llega en una suntuosa carroza real, ni a caballo, como los grandes del mundo, sino en un asno prestado»
Papa Francisco, Pienso en lo que decía Benedicto XVI a los Cardenales: Vosotros sois príncipes, pero de un rey crucificado. (24-03-2013)
“Cuando vayas subiendo saluda a todos. Seguro que son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando”
Pero todos sabemos, y vosotros lo sabéis bien, que el Rey a quien seguimos y nos acompaña es un Rey muy especial: es un Rey que ama hasta la cruz y que nos enseña a servir, a amar
Ortega y Gasset “Este es el síntoma supremo del amor: estar al lado del otro, en un contacto y proximidad profundos” ()
Pascal: «Jesús está en agonía hasta el fin del mundo».
Miguel de Cervantes “…digo que tú sabes que la humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y sin ella no hay alguna que lo sea. Ella allana inconveniencias, vence dificultades, y es un medio que siempre a gloriosos fines nos conduce; de los enemigos hace amigos, templa la cólera de los airados y menoscaba la arrogancia de los soberbios; es madre de la modestia y hermana de la templanza; en fin, con ella no pueden atravesar triunfo que les sea de provecho los vicios, porque en su blandura y mansedumbre se embotan y despuntan las flechas de los pecados”. (“El coloquio de los perros”)
CONTO
LA COLECTA
En una iglesia de las misiones de África, al hacer la colecta de dones para el ofertorio, dos encargados pasaban con una gran cesta de mimbres de las que se usan para recoger la mandioca.
En la última fila de bancos de la iglesia estaba sentado un pequeñín que miraba con pena la cesta que pasaba de fila en fila. Todos depositaban algún producto de sus cosechas. Le entristecía el pensar que no tenía nada para ofrecer al Señor.
Los que llevaban la cesta ya estaban delante de él. No lo pensó más. Ante la sorpresa de todos, el pequeño se recostó en la cesta excusándose: – Lo único que tengo se lo entrego en ofrenda al Señor.
Tomado de P. Diego Millán
HUMILDAD.- EL MONJE Y EL DIABLO
Un monje que caminaba sintió pasos. Se volvió y vio al diablo con los ojos ardientes y una guadaña en la mano dispuesto a acometerle.
¿Por qué me persigues? le dijo el monje.
Porque te tengo envidia.
¿Me envidias porque ayuno?
Yo no pruebo bocado.
– ¿Me envidias porque sufro?
Yo también sufro horriblemente.
Pues ¿por qué?
Te envidio porque te humillas, y humillándote consigues de Dios todo. ¡Yo no puedo humillarme y por eso Dios no me perdona!
El diablo sabía que con la humildad no sólo conseguimos el perdón, sino todas las gracias de Dios. El Espíritu Santo lo ha dicho: «Dios da sus gracias a los humildes y se las niega a los soberbios».
¿Queréis aprovecharos de las gracias que nos ha traído a la tierra Jesucristo? Humillaos, y os llenará de ellas.
Tomado de Paremia 0049
ANÉCDOTA
UNA SUBIDA.
Jericó, donde comenzó la última parte de la peregrinación de Jesús, se encuentra a 250 metros bajo el nivel del mar, mientras que Jerusalén —la meta del camino— está a 740-780 metros sobre el nivel del mar: una subida de casi mil metros. Pero este camino exterior es sobre todo una imagen del movimiento interior de la existencia, que se realiza en el seguimiento de Cristo: es una subida a la verdadera altura del ser hombres. El hombre puede escoger un camino cómodo y evitar toda fatiga. También puede bajar, hasta lo vulgar. Puede hundirse en el pantano de la mentira y de la deshonestidad. Jesús camina delante de nosotros y va hacia lo alto. Él nos guía hacia lo que es grande, puro; nos guía hacia el aire saludable de las alturas: hacia la vida según la verdad; hacia la valentía que no se deja intimidar por la charlatanería de las opiniones dominantes; hacia la paciencia que soporta y sostiene al otro. Nos guía hacia la disponibilidad para con los que sufren, con los abandonados; hacia la fidelidad que está de la parte del otro incluso cuando la situación se pone difícil. Guía hacia la disponibilidad a prestar ayuda; hacia la bondad que no se deja desarmar ni siquiera por la ingratitud. Nos lleva hacia el amor, nos lleva hacia Dios.
Tomado de Benedicto XVI, 28 de marzo de 2010.
ESTA SOLEMNIDAD
Se celebraba ya en Jerusalén en el siglo IV, según lo refiere la peregrina Egeria en su Diario. Y se hacía lo mismo que hizo el Señor en ese día. Luego se extendió por toda la cristiandad.
Tomado de Manuel Garrido Bonaño: Año Litúrgico Patrístico
Tomo II: Tiempo de Cuaresma, Fundación Gratis Date.
UN VIERNES SANTO
Subió al púlpito fray Luis de Granada para predicar el Sermón de las Siete Palabras. El templo estaba abarrotado de fieles, pues el predicador gozaba de fama por sus sermones. Fray Luis sólo dijo: Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan, ya que se conmovió de tal forma que no pudo articular ninguna palabra más. Los fieles, viéndole cómo se humedecían sus ojos, también se conmovieron; y aquellas pocas palabras bañadas con lágrimas fueron el mejor sermón de fray Luis de Granada.
Tomado de Anécdotas y catequesis
SANTA BRÍGIDA
Cuando santa Brígida de Suecia tenía diez años se le apareció Cristo en la cruz y le dijo: Mira cómo estoy herido. La niña preguntó: ¿Quién te ha hecho eso, Señor? Y Cristo le respondió: Los que me desprecian y se olvidan de mi amor me han hecho esto.
Tomado de Anécdotas y catequesis
BARTOLOMÉ DE LAS CASAS
Un fragmento de una carta de Bartolomé de las Casas: «Señor, si viésedes maltratar a nuestro Señor Jesucristo, poniendo las manos en él y afligiéndolo y denostándolo con muchos vituperios, ¿no rogaríades con mucha instancia, y con todas vuestras fuerzas, que os lo diesen para lo adorar y servir y regalar y hacer con él todo lo que como verdadero cristiano deberíades hacer?». Y añade: «Del más chiquito y del más olvidado tiene Dios la memoria muy reciente y muy viva». Por eso afirma el religioso franciscano: «Yo dejo en las Indias a Jesucristo, nuestro Dios, azotándolo y afligiéndolo y abofeteándolo y crucificándolo, no una sino millones de veces».
«Hoy seguimos dejando, no sólo en las Indias sino en tantas partes del mundo, a Jesucristo azotado, afligido, abofeteado y crucificado, no una sino millones de veces».
Tomado de Javier Gafo
Dios a la vista Homilías ciclo C. Madris 1994.Pág. 107 ss.
RAMOS, RESURRECCIÓN POR ANTICIPADO.
Cuenta Antonio Burgos en su delicioso libro SEVILLA EN CIEN CUADROS, que escuchó la mejor explicación de la Resurrección a un evangelista anónimo, cuando respondió a un forastero extrañado: «El sevillano ha visto muchas veces esta película de la Pasión desde que era chico. Y sabe que acaba bien, que acaba con la Redención y con la Resurrección… Nuestra Resurrección son las palmas del Domingo de Ramos, porque nos sabemos el final de la película…»
Tomado de J. Marti Ballester
EL GALLO
Por cantar en la noche, se consideraba al gallo animal diabólico. Se pensaba que aunque los espíritus malignos y demonios eran normalmente invisibles, existían medios para descubrir su presencia e incluso verlos: ‘Quien desea ver sus huellas, coja ceniza cernida y espárzala alrededor de la cama. Por la mañana verá allí algo como las huellas de un gallo’, decía el Talmud babilonio (Ber 6a).
El canto del gallo en la noche de la pasión simboliza el grito de victoria de la tiniebla-mundo contra Jesús de Nazaret. Menos mal que con la muerte de Jesús -creemos- no acabó todo.
Tomado de Mercaba
“MENTIS TREPIDATIO”
Sentirse rodeado y sentirse sólo; sentirse oído y no sentirse escuchado; sentirse respetado con palabras y deseos y sentirse cordialmente distanciado; sentirse amigo y sentirse no correspondido. Todo eso y un futuro inmediato incierto y desconocido, hace que Jesús sienta eso que los clásicos denominaban “mentis trepidatio” = miedo. Y como consecuencia de ese miedo, la angustia, la tristeza. Hasta el punto de expresar su estado anímico diciendo que “me muero de tristeza”. Situación humana. Demasiado humana. Pero situación que requerirá, para poderla reconducir a buen puerto, de elementos de crecimiento personal para el control y reordenamiento de esos sentimientos (“… crecía en edad, sabiduría y gracia ante …”).
Tomado de Mercaba
LA FIESTA JUDÍA DE LOS TABERNÁCULOS
Tenía lugar en otra época del año, distinta a la de la Pascua: era la época de la recolección de las cosechas. Venía a ser como la clausura del año, para celebrar la fecundidad, al mismo tiempo que se imploraba la bendición divina para el año nuevo. Este interés por el año futuro había servido a los profetas para convertir la fiesta en una fiesta con carácter escatológico. El ritual tradicional de la fiesta de los Tabernáculos incluía la costumbre de agitar ramas de árboles (Lev 23,33-34); Neh 8,13-18). Ciertos ritos particulares, al ritmo del Salmo 117/118, hacían referencia a la fecundidad de los últimos tiempos (Jn 7,38-39), y constituían una verdadera entronización del futuro Mesías.
Tomado de Servicio Bíblico Latinoamericano 2004
PEREGRINOS A LA PASCUA
El número de peregrinos que venían para la fiesta de la Pascua era ciertamente grande. No se trataba solamente de los peregrinos que venían de Judea y de Galilea, sino también de peregrinos venidos de la diáspora. Se habla de unos 125.000 con los que la población de la ciudad, normalmente de unos 55.000 habitantes, se elevaba a 180.000 aproximadamente. Muchos peregrinos venían con algunos días de anticipación. El ambiente de la ciudad estaba profundamente influenciado por los sentimientos de la fiesta.
Tomado de Servicio Bíblico Latinoamericano 2004
JOSÉ CAIFÁS, SUMO SACERDOTE
Caifás fue Sumo Sacerdote del Templo y presidente del Sanedrín, durante 18 largos años. Desde el año 18 dC. al año 36 dC. Jesús fue apresado y condenado a muerte durante su gobierno y mandato. Aunque parezca extraño, Caifás fue principal gobernante de Judea durante la vida de Jesús. Y fue así porque los gobernadores romanos otorgaban potestad al Sumo Sacerdote y Sanedrín para que siguieran con sus instituciones religiosas tradicionales. Los dirigentes del imperio romano dejaban libertad a las instituciones de los pueblos que dominaban. Los romanos tan sólo eran implacables en el cobro de los impuestos. Caifás fue un buen gobernante. Supo mantener un cierto equilibrio entre las tradiciones del pueblo de Israel y las autoridades romanas. Caifás disponía de una policía judía de 8.500 hombres que se encargaba de mantener el orden en Judea. El procurador romano (Poncio Pilato en tiempos de Jesús adulto) residía en la ciudad costera de Cesarea Marítima, y desde allí acudía a Jerusalén en las grandes ocasiones. Por ese motivo Poncio Pilato estaba en la capital durante la fi esta de la Pascua hebrea en la que fue prendido y ajusticiado Jesús de Nazareth.
Tomado de Tiempo Interior
MONTE DE LOS OLIVOS
La mención de este lugar no es tan sólo una referencia geográfica, sino también teológica. El Monte de los Olivos era el lugar en el que, según la profecía de Zacarías, el Señor iba a poner los pies cuando regresara para regir los destino de Israel. (Zac 14,4). El evangelio cita este lugar no sólo porque por debajo de él pasara el camino de Betania y Befagué (pequeñas aldeas cercanas a Jerusalén donde se escondía Jesús), sino para afirmar que Jesús es el Mesías, Dios presente en medio de su pueblo.
MONTADO EN UN BORRIQUILLO.
Jesús protesta con este gesto contra la idea de un Mesías violento. Jesús debió conocer que le esperaban en Jerusalén para aclamarlo como Mesías político. Es entonces cuando, recordando un texto famoso del profeta Zacarías, decide entrar a lomos de un borriquillo. ¿Qué decía ese texto? «Alégrate, muchacha de Jerusalén. Mira a tu rey que viene a ti. Es justo y misericordioso, es humilde y cabalga sobre un borriquillo. Viene para romper los carros de guerra de Efraím y los carros y caballos de Jerusalén. Tu rey romperá el arco que dispara saetas. Él proclamará a los pueblos la paz…» (Zac. 9, 9-10). Jesús nunca asumió la idea de un Mesías guerrero. Quienes le conocieron percibieron que era un Mesías al estilo del Siervo de Yahvé; profeta enigmático que aparece en el libro de Isaías, y cuya misión fue cargar con las debilidades del pueblo y ofrecer su vida.
ALFOMBRABAN EL CAMINO CON SUS MANTOS
Este gesto comenzó a utilizarse cuando el profeta Eliseo ungió como rey a Jehú, hacia el siglo VIII a.C. Cuando Jehú subió las escaleras del templo, el pueblo puso sobre ellas sus mantos, en señal de aceptación. Este gesto también lo realizaban los guerrilleros zelotes ante su jefe. Poniendo el manto sobre el lugar por donde iba a pasar el jefe, expresaban la total disposición de sus personas a seguir a quien consideraban guía y jefe.
ACLAMÁNDOLE COMO REY Y MESÍAS.
Los reyes entraban a la ciudad en caballo o mulo; los guerreros, en carro. Jesús utilizó como montura un borrico, símbolo de mansedumbre y sumisión, según la profecía de Zacarías. La gente comienza a gritar: «¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor!». Luego echaron encima del borrico los mantos. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Con este gesto daban a entender que ponían su propia vida a disposición del nuevo rey. La gente del pueblo hizo un flaco favor a Jesús al aclamarle como «rey». No olvidemos que la Jerusalén de aquel tiempo estaba gobernada por José Caifás, sumo sacerdote. Y en Israel fue siempre proverbial la lucha entre la monarquía y el gobierno sacerdotal. Cuando el Sumo Sacerdote ve que Jesús es aclamado como descendiente de David, intuye que la situación comienza a ser peligrosa para sus intereses políticos. Tal vez en este momento decide eliminar a Jesús.
Tomado de Tiempo Interior
BORRICO
Los preparativos que Jesús dispone con sus discípulos hacen crecer esta expectativa. Jesús llega al Monte de los Olivos desde Betfagé y Betania, por donde se esperaba la entrada del Mesías. Manda por delante a dos discípulos, diciéndoles que encontrarían un borrico atado, un pollino, que nadie había montado. Tienen que desatarlo y llevárselo; si alguien les pregunta el porqué, han de responder: «El Señor lo necesita» (Mc 11,3; Lc 19,31). Los discípulos encuentran el borrico, se les pregunta —como estaba previsto— por el derecho que tienen para llevárselo, responden como se les había ordenado y cumplen con el encargo recibido. Así, Jesús entra en la ciudad montado en un borrico prestado, que inmediatamente después devolverá a su dueño.
Todo esto puede parecer más bien irrelevante para el lector de hoy, pero para los judíos contemporáneos de Jesús está cargado de referencias misteriosas. En cada uno de los detalles está presente el tema de la realeza y sus promesas. Jesús reivindica el derecho del rey a requisar medios de transporte, un derecho conocido en toda la antigüedad (cf. Pesch, Markusevangelium, II, p. 180). El hecho de que se trate de un animal sobre el que nadie ha montado todavía remite también a un derecho real. Y, sobre todo, se hace alusión a ciertas palabras del Antiguo Testamento que dan a todo el episodio un sentido más profundo.
En primer lugar, las palabras de Génesis 49,10s,la bendición de Jacob, en las que se asigna am Judá el cetro, el bastón de mando, que no le será quitado de sus rodillas «hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia». Sc dice de Él que ata su borriquillo a la vid (49,11).Por tanto, el borrico atado hace referencia al que tiene que venir, al cual «los pueblos deben obediencia».
Más importante aún es Zacarías 9,9, el texto que Mateo y Juan citan explícitamente para hacer comprender el «Domingo de Ramos»: «Decid a la hija de Sión: mira a tu rey, que viene a ti humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila» (Mt 21,5;cf. Za 9,9; Jn 12,15).Ya hemos reflexionado ampliamente sobre el sentido de estas palabras del profeta para comprender la figura de Jesús al comentar la bienaventuranza de los humildes, de los mansos (cf. primera parte, pp. 108-112). Él es un rey que rompe los arcos de guerra, un rey de la paz y un rey de la sencillez, un rey de los pobres. Y hemos visto, en fin, que gobierna un reino que se extiende demar a mar y abarca toda la tierra (cf. ibíd., p. 109); esto nos ha recordado el nuevo reino universal de Jesús que, en las comunidades de la fracción del pan, es decir, en la comunión con Jesucristo, se extiende de mar a mar como reino de su paz (cf. ibíd., p. 112). Todo esto no podía verse entonces, pero lo que, oculto en la visión profética, había sido apenas vislumbrado desde lejos, resulta evidente en retrospectiva.
Por ahora retengamos esto: Jesús reivindica, de hecho, un derecho regio. Quiere que se entienda su camino y su actuación sobre la base de las promesas del Antiguo Testamento, que se hacen realidad en Él. El Antiguo Testamento habla de Él, y viceversa: Él actúa y vive de la Palabra de Dios, no según sus propios programas y deseos. Su exigencia se funda en la obediencia a los mandatos del Padre. Sus pasos son un caminar por la senda de la Palabra deDios. Al mismo tiempo, la referencia a Zacarías 9,9excluye una interpretación «zelote» de la realeza: Jesús no se apoya en la violencia, no emprende una insurrección militar contra Roma. Su poder es de carácter diferente: reside en la pobreza de Dios, en la paz de Dios, que Él considera el único poder salvador.
Volvamos al desarrollo de la narración. Cuando se lleva el borrico a Jesús, ocurre algo inesperado: los discípulos echan sus mantos encima del borrico; mientras Mateo (21,7) y Marcos (11,7) dicen simplemente que «Jesús se montó», Lucas escribe: «Y le ayudaron a montar» (19,35). Ésta es la expresión usada en el Primer Libro de los Reyes cuando narra el acceso de Salomón al trono de David, su padre. Allí se lee que el rey David ordena al sacerdote Zadoc, al profeta Natán y a Benaías: «Tomad con vosotros los veteranos de vuestro señor, montad a mi hijo Salomón sobre mi propia mula y bajadle a Guijón. El sacerdote Zadoc y el profeta Natán lo ungirán allí como rey de Israel…» (1,33s).
También el echar los mantos tiene su sentido en la realeza de Israel (cf. 2 R 9,13). Lo que hacen los discípulos es un gesto de entronización en la tradición de la realeza davídica y, así, también en la esperanza mesiánica que se ha desarrollado a partir de ella. Los peregrinos que han venido con Jesús a Jerusalén se dejan contagiar por el entusiasmo de los discípulos; ahora alfombran con sus mantos el camino por donde pasa. Cortan ramas de los árboles y gritan palabras del Salmo 118, palabras de oración de la liturgia de los peregrinos de Israel que en sus labios se convierten en una proclamación mesiánica: «¡Hosanna, bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el Reino que llega, el de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!» (Mc 11,9s; cf. Sal 118,25s).
Tomado de Ratzinger, J. – Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Segunda Parte, Ediciones Encuentro, Madrid, 2011, p. 11 – 22
CHISTE
PLANES PARA SEMANA SANTA
Le dice ella a él:
– Cariño, ¿qué planes tienes para esta Semana Santa?
– Los mismos que Jesús, o sea desaparecer el viernes y reaparecer el domingo, ¿y tú?
– Pues los mismos que Judas, o sea traicionarte…
Tomados de yavendrás.com chistes semana santa
POEMA
I
Nunca podrás, dolor, acorralarme.
Podrás alzar mis ojos hacia el llanto,
secar mi lengua, amordazar mi canto,
sajar mi corazón y desguazarme.
Podrás entre tus rejas encerrarme,
destruir los castillos que levanto,
ungir todas mis horas con tu espanto.
Pero nunca podrás acobardarme.
Puedo amar en el potro de tortura.
Puedo reír cosido por tus lanzas.
Puedo ver en la oscura noche oscura.
Llego, dolor, a donde tú no alcanzas.
Yo decido mi sangre y su espesura.
Yo soy el dueño de mis esperanzas.
II
Cuando llegó, la gente no entendía
que estuviera tan muerto, tan dormido
aquel muchacho que no había sabido
más que vivir, vivir mientras vivía.
¿Qué vas a hacer, le gente le decía,
ahora que estás tan muerto, tan herido,
ahora que tus jardines han huido
y que se te ha extraviado la alegría?
¿Cómo amarás tu corazón parado?
¿Qué harás si la esperanza se te acaba?
¿Podrás vivir en la tiniebla fría?
Pero él seguía allí, muerto y helado.
Pero él estaba muerto y se callaba.
Pero él estaba muerto y no sabía.
III
Y entonces vio la luz. La luz que entraba
por todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor precipitó la huida
y entendió que la muerte ya no estaba.
Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva;
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la noche-luz tras tanta noche oscura…
(José Luis Martín Descalzo:
Testamento del Pájaro Solitario-fragmento)
ORACIÓN
ORACION POR LA HUMILDAD
Señor Jesús, manso y humilde.
Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran. Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor manso y humilde de corazón. No puedo perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan. No se de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que otros… Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad.
Dame la gracia de perdonar de corazón, la gracia de aceptar la crítica y aceptar cuando me corrijan. Dame la gracia, poder, con tranquilidad, criticarme a mi mismo. La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros. Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que digo, con lo que hago.
Ayúdame, Señor, a pensar menos en mi y abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tu y mis hermanos. En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo, poco a poco un corazón manso, humilde, paciente y bueno.
Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Amén.
(Ignacio Larrañaga)
MEDITACIÓN
SERÁS UN TRIUNFADOR CUANDO …
• Cuando el egoísmo no limite tu capacidad de amar.
• Cuando confíes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preo-cuparte por el qué dirán.
• Cuando tus acciones sean tan concisas en duración como largas en resultados.
• Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida.
• Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria.
• Cuando actúes por convicción y no por adulación.
• Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad.
• Cuando sepas perdonar tan fácilmente como ahora te disculpas.
• Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre, y junto al rico sin pensar que es un dios.
• Cuando sepas enfrentar tus errores tan fácil y positivamente como tus aciertos.
• Cuando halles satisfacción compartiendo tu riqueza.
• Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y tu ausencia a quien no te aprecia.
• Cuando ya no debas sufrir por conocer la felicidad y no seas capaz de cambiar tus sentimientos o tus metas por el placer.
• Cuando no trates de hallar las respuestas en las cosas que te rodean, sino en Dios y en tu propia persona.
• Cuando aceptes los errores, cuando no pierdas la calma, entonces y sólo entonces, Serás… ¡UN TRIUNFADOR!
Paremia 1171
EL TRIUNFADOR
«A veces los triunfadores no son aquellos
a los que todo el mundo aplaude y reconoce.
No son los que construyeron grandes obras,
dejaron constancia de su liderazgo
o viajaron en primera clase.
A veces los triunfadores
no son los administradores geniales,
ni los visionarios del futuro
o los grandes emprendedores.
Por ello, tal vez no los reconoceríamos
en medio de tanto pensador,
filósofo o tecnólogo,
que supuestamente conducen a este mundo
por la senda del progreso.
A veces el triunfador
no es el negociador internacional,
el hacedor de empresas de clase mundial
o el deslumbrante estadista
que asiste a reuniones cumbre.
No es el que se afana por exportar mucho,
sino al que todavía
le importan los valores esenciales.
Porque el triunfador puede ser también
el que calladamente lucha por la justicia,
aunque no sea un gran orador
o un brillante diplomático.
El triunfador puede ser igualmente
el que venció la ambición desmedida
y no fue seducido por la vanidad o el poder.
Es triunfador el que no obstante
que no viajó mucho al extranjero,
con frecuencia hizo travesías
hacia el interior de sí mismo
para darle dimensión
a las posibilidades de su corazón.
Es el que quizás nunca
alzó soberbio su mano
en el podio de los vencedores,
pero triunfó calladamente en su familia,
con sus amigos y los cercanos a su alma.
Es, quizá, el que nunca
apareció en las páginas de los periódicos,
el que no recibió reconocimientos públicos,
pero siempre obtuvo el de los suyos;
el que nunca escribió libros,
pero sí cartas de amor a su pareja y a sus hijos;
el que pensó en redimir a su país
a través de la asfixiante aventura
de su trabajo común y rutinario
y aquel que prefirió la sombra,
porque, finalmente,
es tan importante como la luz.
A veces el triunfador
no es el que tiene una esplendorosa oficina,
ni una secretaria ejecutiva,
ni posee tres maestrías;
no hace planeamiento estratégico
ni elabora reportes o _evalúa proyectos,
pero su vida tiene un sentido,
hace planes con su familia,
tiene un tiempo para sus hijos
y encuentra fascinante disfrutar
de las cosas simples de la vida.
A veces el triunfador
no es el que pasa a la historia,
sino el que hace posible la historia;
el que encuentra gratificante convencer
y no solo vencer
y el que de una manera apacible y decidida,
lucha por hacer de este mundo
un lugar mejor para vivir.
El que aunque sabe que solo vivirá una vez,
es conciente de que si lo hace con maestría,
con una vez le bastará.
A veces, el triunfador
no tiene que ser el que construyó
grandes andamiajes y estructuras,
pero supo cómo construir un hogar;
no es el que tiene un celular,
pero habla con sus hijos;
no tiene un e-mail,
pero conoce y saluda a sus vecinos.
A veces el triunfador
suele ser la enfermera callada,
el obrero sencillo, el empleado fiel y honesto,
el campesino olvidado,
porque como personas triunfaron
sobre la apatía o el desencanto
y con su esfuerzo cotidiano
establecieron la diferencia.
A veces, el triunfador
puede ser el carpintero pobre
de un lugar ignorado,
o una mujer sencilla de pueblo
o un niño humilde que nació en un pesebre,
porque no había para él lugar en la posada…»
Tomado de Motivaciones.org
SOBERBIA Y HUMILDAD
“Si queréis desarraigar la soberbia de vuestro corazón y alcanzar la virtud de la humildad, no la habéis de tomar en general (…). Mirad en qué soléis principalmente sentir falta de humildad y tener soberbia, y de eso comenzad:
1º- No hablar palabras que puedan redundar en nuestra alabanza y estima.
2º- No oigamos de buena gana que otro nos alabe y diga bien de nosotros.
3º- No hacer cosa alguna por ser vistos y estimados de los hombres.
4º- No excusarnos.
5º- Cortar y cercenar pensamientos de soberbia.
6º- Tenerlos a todos por superiores.
7º- Llevar bien todas las ocasiones que se os ofrecieren de humildad.
8º- Hacer algunos actos y ejercicios de humildad”.
(P. Alonso Rodríguez, “Ejercicios de perfección y virtudes cristianas”)
Tomado de Anecdonet
CANTO
Verónica Sanfilippo – Hosanna
Athenas – Glorioso Rey en la Cruz
Hosanna – Música Católica Padre Fernando
VIDEO
Equipo Quiero Ver: ¿Quién es este hombre?
Delegación para el Clero de Santiago de Compostela