D. Jaime cumple 90 años. Es el día 19 de febrero, día de S. Álvaro y por eso su segundo nombre es Álvaro. Sus amigos y sus feligreses se disponen a celebrárselo.
D. Jaime es de Santiago, pero su familia procede de la villa de Corcubión que tiene unos 3000 habitantes y es puerto seguro a donde acceden los barcos de gran cabotaje los días de temporal.
Aunque es de Santiago yo le conocí en el año 1961 en Corcubión en donde yo estaba de coadjutor. Era mi primer destino pastoral.
En la fiestas de S. Marcos allí estaba D,. Jaime y nos encontramos en ese ambiente alegre. También estaba otro sacerdote que se llamaba Elias Antelo, ya fallecido. Entre los dos me animaron a ir a pescar comenzada ya la noche.
Fuimos en una barquita a remos y llevamos unas nasas. La verdad es que hacía mucho calor y los altavoces de la fiestas estaban muy altos y no se podía dormir y lo mejor era entretenerse en otra cosa y así fue que salimos a pescar. Nos pasó como a los apóstoles, bregamos toda la noche pero no pescamos nada.
D. Jaime tenía la madre y la hermana en Santiago e hizo lo que pudo para estar a su lado encontrando el modo de dejar la diócesis de Tuy y se pasó a Santiago. Primero dio clases de química y más tarde fue a parar a la pastoral parroquial siendo destinado a la parroquia de S. Juan Apóstol. Allí disfrutó mucho y puso los cimientos para la construcción de una nueva iglesia pues no había.
Durante años hizo labor pastoral con sacerdotes de Orense en donde fue muy bien acogido. Iba un día a la semana.
Después de S. Juan fue destinado a la parroquia de S. Miguel dos Agros en donde sigue. Sucedió a D. Francisco López García de quien éramos amigos y con el que teníamos algunas cenas en las afueras de Santiago.
En S. Miguel hizo una gran restauración de las iglesias, dejándolas totalmente remozadas. San Miguel, S. Roque y Pastoriza cambiaron de cara y son unas iglesias dignas, limpias y ordenadas en donde se reza a gusto y que no les falta nada. Fueron restaurados los retablos, pavimentos y cubiertas. Ahora son unas hermosas iglesias.
Tuvo especial relevancia en estos años la beatificación de un capuchino llamado Fernando Olmedo y que estaba bautizado en S. Miguel. Fue un estudiante sobresaliente, luego abogado y por último, después de un providencial viaje a Roma, entró en los capuchinos. Luego fue mártir.
Con motivo de la beatificación de este capuchino hubo un ciclo de conferencias en la iglesia de S. Miguel y una peregrinación a Tarragona en donde eran las beatificaciones de mártires de la persecución religiosa en España.
Fue un autobús con gente de la parroquia que pudo disfrutar de Reus en donde pernoctaban y de Tarragona en donde fue la beatificación. Pronto habrá otro beato, la Madre María Antonia de Jesús que está enterrada en el convento del Carmen dentro de la misma parroquia.
Por lo demás la parroquia funciona como suele ser normal: las misas, catequesis, un grupo de Legión de María, Adoración Nocturna, enfermos, cofradía etc. En muchas parroquias hay imágenes de la Virgen de los Dolores, pero la famosa es la de S. Miguel que tiene cultos especiales.
También hay que decir de D. Jaime que durante muchos años organizó peregrinaciones a Fátima. Es un experto en los mensajes de la Virgen que tiene muy meditados y avivó año tras año la devoción a la Virgen y al Santo Rosario.
Fue también D. Jaime un viajero abierto al mundo, pues estuvo en Tierra Santa, en Castelgandolfo y muchas veces en Roma. En esta ciudad disfrutó del arte, de su historia y de su belleza. Con ocasión de sus Bodas de Oro sacerdotales pudo saludar personalmente al papa, a la sazón Juan Pablo II. Tiene una hermosa foto en su casa en que está de rodillas ante el Papa que le bendice.
Tomó con mucho interés el rezar por su parroquia, el visitar enfermos a los que llevó consuelo y esperanza y no dejaba de llevar la comunión a bastantes de ellos subiendo y bajando escaleras en edificios antiguos y sin ascensor.
Las fiestas de S. Roque y de la Pastora ocupan bastantes días de dedicación intensa con sus respectivas novenas y procesiones. Son populares en todo Santiago.
Conoce y admira el arte de los retablos y santos de sus iglesias. Entre ellos se encuentra S. Roque con el perro, una imagen de vestir y con la herida en la pierna aunque se discute en donde estaba realmente esa herida.
Es aficionado y conocedor de la música clásica y es un gran admirador de Beethoven del que conoce muy bien sus distintas composiciones.
En este momento es uno de los sacerdotes mayores de Galicia de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz de la que recibió un gran amor a la Virgen y a la Iglesia y también a los sacerdotes del presbiterio diocesano.
Pudo abrazar a un santo , a San Josemaría Escrivá y conoció personalmente al beato Álvaro del Portillo.
Feliz década de los 90 años. Que Dios le bendiga y haga santo.