Confesarse a menudo y hacerlo bien: un mensaje clave en el legado espiritual de San Juan Pablo II

José María y Borja Zavala recogen más de 1100 pensamientos suyos

Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920, por lo cual a lo largo de todo este año la Iglesia está conmemorando el centenario de un Papa, San Juan Pablo II, que inició su pontificado en 1978, en concreto un 22 de octubre, convertida en fecha de su festividad litúrgica desde su canonización en 2011 por Benedicto XVI.

José María Zavala y Borja Zavala, padre e hijo, le rinden un valioso homenaje en un libro de contenido espiritual de reciente aparición, San Juan Pablo II. Directo al corazón (Nueva Eva), que reúne más de 1100 frases suyas agrupadas temáticamente en veinte capítulos.  El coherente criterio selectivo permite reconocer la visión del pontífice sobre sendos aspectos de la fe, la Iglesia y la vida interior.

De Zavala padre es conocida la devoción al Papa polaco, pues él mismo ha contado cómo su padre ofreció a Dios su propia vida por él cuando Alí Agca intentó asesinarle, el 13 de mayo de 1981. A principios de este año estrenó una película, Wojtyla. La investigación, que le sirvió para obtener una documentación  base para su último libro, El enigma Wojtyla.

En el caso de Zavala hijo se trata de una opera prima muy precoz, pues tiene solo 19 años. Como afirma en el prólogo el padre Christian Díaz Yepes (quien sugirió a José María acercar la figura de aquel Papa a las jóvenes generaciones que encarna Borja), ambos han trabajado “codo a codo a la luz de la sabiduría, el valor y la clarividencia del hombre que cambió nuestra historia”.

Como muestra de la utilidad del trabajo realizado por los autores, hemos tomado algunas sentencias del Papa seleccionadas por ellos en el apartado referido a la Confesión, y que sirven para meditar sobre este sacramento antes de recibirlo, para apreciar mejor su necesidad y llenarse de esperanza con sus frutos.

(Los ladillos son de ReL, los entrecomillados, del Papa Wojtyla.)

El mal en el mundo

-“Las causas del mal no deben buscarse en el exterior del hombre, sino sobre todo en el interior de su corazón”.

-“La raíz del mal reside en la persona libre y consciente que desobedece a Dios, lo excluye de su vida y niega su existencia”.

Gravedad del pecado

-“El pecado es sinónimo de muerte espiritual, pues por el pecado el  hombre pierde la gracia santificante que es fuente de la vida sobrenatural“.

-“El pecado no es solo una ofensa a Dios, sino una herida infligida al Cuerpo de Cristo”.

-“Todos somos responsables de la muerte de Cristo en la cruz a causa de nuestros pecados”.

-“El sacramento de la Penitencia es el medio para saciar al hombre con la justicia que proviene del mismo Redentor”.

Necesidad de confesarse

-“La práctica de la virtud de la penitencia y el sacramento de la reconciliación son indispensables para sostener en nosotros el espíritu de adoración que el hombre debe a Dios”.

Reconocerse pecador

-“El hombre no se conoce verdaderamente a sí mismo si no llega a reconocer el pecado que hay en él”.

-“Reconocer el propio pecado y la condición de pecador es el principio indispensable para volver a Dios”.

Dolor de los pecados y propósito de la enmienda

-“Tened la valentía del arrepentimiento y la de alcanzar la gracia de Dios a través de la confesión sacramental”.

-“Toda persona que se arrepienta de verdad será recibida por Jesucristo con perdón y amor infinito”.

La vergüenza

-“El pecado es la esclavitud más humillante para el hombre”.

-“La persona que sabe confesar la verdad de la culpa y pide perdón a Cristo acrecienta la propia dignidad humana y su grandeza espiritual”.

-“Cuando la conversión es auténtica, la necesidad de liberarse de los pecados vence a la vergüenza”.

La confesión como liberación y avance

-“Nadie tiene poder para librarnos de nuestros pecados sino solo Dios“.

-“La confesión sacramental no constituye una represión, sino una liberación”.

-“La penitencia no es solo esfuerzo; es también alegría“.

-“El sacramento de la Penitencia es un don que brotó del Corazón traspasado del Salvador, un don que ha sido durante siglos, y lo es también hoy, fuente de renovación y paz interior, instrumento de maduración y crecimiento, escuela de santidad y alimento de nuevas vocaciones“.

Un bien para los demás

-“El pecado separa al hombre de Dios y tiene el efecto colateral e inevitable de dividir a los hombres“.

-“La reconciliación personal con Dios es la condición previa para poder realizar la reconciliación y la paz también en la sociedad humana”.

-“No podemos reconciliarnos con los demás si no acogemos el perdón de Dios”.

El consejo de San Juan Pablo II y su porqué

-“De corazón os ruego y exhorto a que todos los bautizados vuelvan a la práctica frecuente del sacramento de la Penitencia mediante la confesión personal”.

-“Con la fuerza de Cristo, el cristiano se aleja cada vez más del pecado mortal y venial, superando las malas inclinaciones y vicios“.

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