Eucaristías

Bassetti, presidente de los obispos italianos, empeora en la UCI: antes quiso dejar este bello texto

Eucaristías

El cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, se debate entre la vida y la muerte en la UCI de un hospital de Perugia debido al coronavirus, unidad en la que ingresó el pasado 3 de noviembre tras haber sido hospitalizado el pasado 31 de octubre.

El Papa Francisco llamó días atrás a Peruggia preocupado por el empeoramiento del cardenal de 78 años al que él mismo creó cardenal en 2014.

Antes del empeoramiento generalizado de su estado de salud que le llevó a la UCI, el cardenal pudo enviar un mensaje a los sacerdotes, religiosos y fieles de la Archidiócesis de Perugia.

“Esta noche, en un sueño, me encontré en el momento en que, en el Seminario, tenía al P. Divo Barsotti como mi Padre espiritual. Me enseñó a dirigirme al Todopoderoso con estas palabras de la mañana: ‘Oh Dios, Tú eres mi Dios, al amanecer te busco”, afirma el cardenal.

El papel central de la Eucaristía

Además, el cardenal Bassetti asegura que “la Eucaristía, especialmente en este periodo difícil, no puede dejarse al margen de nuestra vida, sino que debe volver a colocarse, con más fuerza aún, en el centro de la vida cristiana. La Eucaristía no es solo el Sacramento en el que se recibe a Cristo – el alma está llena de gracia y se nos ha dado la promesa de la gloria futura-, es el alma del mundo y es el punto de apoyo donde todo el universo converge. En definitiva, la Eucaristía es pro mundi salute, es decir, por la salvación del mundo, y pro mundi vita, por la vida del mundo”.

Además, el arzobispo de Perugia afirma que “incluso los dramáticos hechos que estamos viviendo estos días en Italia – como el aumento de la propagación de la epidemia, la grave crisis económica para muchos trabajadores y para muchas empresas, la incertidumbre para nuestros jóvenes en la escuela – no están fuera del alcance de la de la Santísima Eucaristía”.

“No hay consuelo, no hay ausencia de lágrimas que no tenga su referencia en Jesús Eucaristía. Este es un pequeño mensaje que quiero dirigir a mis sacerdotes, consagrados, jóvenes, familias e hijos de la Arquidiócesis. Ojalá en este período de sufrimiento tan severo no sintiéramos la cruz como un peso insoportable sino como una cruz gloriosa. Porque su dulce presencia y su caricia en la Eucaristía hacen que los brazos de la cruz se conviertan en dos alas, como decía don Tonino Bello, que nos llevan a Jesús”, agrega el purpurado.

La importancia de la esperanza

Además, cita, a San Pablo, que dijo “que los sufrimientos del momento presente no son comparables a la gloria futura que debe revelarse en nosotros”. “Con impaciencia” esperamos contemplar el rostro de Dios, ya que ‘en la esperanza hemos sido salvados’ (Rm 8, 18,24). Por tanto, es absolutamente necesario esperar contra toda esperanza, Spes contra spem”, agrega el cardenal.

Igualmente, se acuerda de Charles Péguy, cuando dijo que la esperanza es una niña “irreductible”. Comparada con la Fe que “es esposa fiel” y con la Caridad que “es Madre”, la Esperanza parece, a primera vista, sin valor. Pero es exactamente lo contrario: será la Esperanza, escribe Péguy, “que vino al mundo el día de Navidad” y que “cargando a los demás, cruzará mundos”.

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